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Puedo escribir los versos más tristes esta noche

Puedo escribir los versos más tristes esta noche

Columnas jueves 11 de agosto de 2022 - 00:00

“Puedo escribir los versos más tristes esta noche…” escribió alguna vez Pablo Neruda.

Desde pequeña amaba ese poema… me lo sabía de pies a cabeza, estaba enamorada del amor y lo repetía constantemente, en voz alta y en mi cabeza, provocándome la sensación futurista de ser una gran escritora… pero SIN DARME CUENTA de lo que significaba, o sin darle el sentido que ahora le doy.

Puedo escribir mis historias más tristes, enumerarte todas las pérdidas que he vivido a lo largo de mi vida, que créeme son bastantes… o podría leerme los poemas más desgarradores, estudiar los sucesos más perversos, probar las experiencias más penosas, oler la soledad en cada una de mis mañanas… podría relatarte mi vida de la forma más desoladora, contarte mis peores hazañas, mis batallas menos ganadas, mostrarte mis lágrimas más amargas.

Podría llorar mares enteros, poner mi atención en los eventos menos certeros, negar mis sentimientos, recolectar mis peores emociones, mostrarme máscaras envenenadas, hacerme sentir, yo misma, de la chingada.

Pero, ¿para qué? ¿Cuál es el objetivo de tirarnos a tanto drama? Si la vida es lo que yo me cuento, lo que yo solo observo. ¿Cómo me levantas? ¿Cuál es mi objetivo cada mañana? Soy una víctima más de esta vida o elijo el aprendizaje que se me presenta en cada experiencia.

Leí el “Poder de la Intención” de Wayne Dyer y aunque la forma en que yo decida contarme mi historia es un ejercicio diario, empezar mi día con este tipo de lecturas me ha ayudado a contarme una mejor versión de mis experiencias de vida.

Quiero preguntarte cada cuánto te escuchas, si puedes cerrar tus ojos y confiar en lo que tus entrañas te dictan. Estamos tan acostumbrados a callar nuestra voz interna y a poner en voz alta lo que todos los demás comentan.

Dejar de escucharme es lo más sencillo, así no tengo que interiorizar ni toparme a mis demonios. También, al mismo tiempo, puedo escuchar esa dulce voz, algunos le llaman luz, otros la Fuente Superior. ¿Qué más da el nombre? El chiste es escucharme, regresar a mí, confiar en mi proceso, hacerme responsable de la vida que llevo.

Así que hoy te comparto una herramienta que a mí me ha ayudado… si quiero conocerme no tengo más que observar cómo están mis relaciones, mi salud y mi trabajo. En estos tres espejos regreso a mi voz interna, ¿qué me están diciendo, que es eso que ahora estoy aprendiendo?... ¿a ti qué te dicen? ¿Cómo estás en estas tres áreas?


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/CR

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