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Lo que viene siendo

Lo que viene siendo

Columnas jueves 24 de septiembre de 2020 - 00:54

Creo que ya no me alcanzan los dedos de las manos para contar los estudios lingüísticos, sociológicos y cabalísticos que hay a propósito de la expresión “ahorita”.

El lector no me dejará mentir: dicha expresión se ha vuelto un axioma de nuestra idiosincracia, nuestro pan baguette, nuestro propio San Fermín, nuestro tango y nuestra Torre de Pisa personal.

El “ahorita” (mas no el ahora) nos ha dado fama internacional por ser una palabreja que encierra, en siete letras, un puñado de bifurcaciones temporales casi siempre inciertas, pero ciertas a la vez.

¿Me explico?

Pero me parece que todas esas tesis filológicas que dormitan —mientras escribo esto— en bibliotecas clausuradas hasta nuevo aviso disque por normas sanitarias (no como los bares y los antros), se han quedado cortas y no han llegado al fondo del asunto, a las últimas consecuencias.

Creo, con toda humildad, que el verdadero tema de la relación del mexicano con el plano físico, recae, sin duda, en la no tan famosa expresión "lo que viene siendo”.

El otro día, alguien con quien me vi enfrascado en una discusión del tipo cliente-proveedor de servicios —yo era el primero—, utilizó, después de varios intentos por zafarse de sus responsabilidades, la frase “pues ya ve, lo que pasa es que lo que viene siendo la pandemia, nos ha pasado traer a todos”.

Exacto.

Justo en ese momento comencé a experimentar una epifanía, de esas que se tienen cuando uno se da cuenta que “Titanic” se estrenó hace 22 años, o cuando uno ve a su taquero de confianza hacer las cuentas de varios clientes a la vez sin recurrir a ningún tipo de aparato calculador.

“Lo que viene siendo” es una expresión que se despoja a sí misma de toda ley temporal. Es, también, un auxiliar que ayuda a describir lo indescriptible, a suponer lo que uno tiene pero no tiene, y que en cualquier caso podría tener, pero que se sabe de antemano que nunca se tendrá.

“Lo que viene siendo” termina por no ser nada al final. Es algo que no es, ni que fue, si no que está en proceso de ser. O sea, no es, claro, sino que está a cinco minutos de ser, de existir. Como cuando mentimos, “llego en cinco”, y en realidad estamos despertándonos. Es algo así como cuando le intentamos explicar a los niños lo que es el "verbo encarnado”. O mejor dicho, lo que es el verbo, y ya.

Si “ahorita” representa una resistencia por sí misma, (a las reglas del tiempo, el espacio y a todos los científicos barbados de Wikipedia), el “viene siendo”, creo, es sólo entendible bajo las mismas normas científicas con las que se estudian los agujeros negros.

Todavía más a fondo: el prestador de servicios en cuestión con el que discutía —mismo que se lavó las manos triunfantemente mientras yo me fui de su establecimiento con cara de diputado en videollamada—, tuvo la osadía de explicar un concepto, todavía para nosotros incomprendido: la pandemia y su duración.

Ayer, un legislador Español, iPhone en mano, dio una cátedra de porqué un objeto como el iPhone probaba que la financiación de algunos asuntos, por parte del Estado, es “culpable” de lo mejor de la iniciativa privada. El video se hizo viral.

Yo sólo, mientras lo escuchaba, soñaba en mi interior: ¿y si el Estado Mexicano financiara una investigación seria sobre el “viene siendo”?

NASA, ahí te vamos.


***

PS

Papá, ya dale a mi mamá un Tamagotchi.



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/CR

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