facebook comscore
La parte de nosotros que no creció… pero sí dolió

La parte de nosotros que no creció… pero sí dolió

Columnas miércoles 30 de abril de 2025 - 22:46

De niños, éramos todo lo que el mundo todavía no había alcanzado a programar, limitar o arruinar: éramos risas libres, entusiasmo puro, amor sin filtros.

Hasta que, poco a poco, empezamos a recibir los primeros mensajes silenciosos... que no siempre éramos suficientes tal como éramos. Que teníamos que ser más flacos, más callados, más correctos, más exitosos, más algo.

Algunas heridas fueron obvias: las críticas, las comparaciones, los "no puedes". Pero otras, las más profundas, fueron las invisibles... esa sensación de que tu "simple" SER no era motivo de celebración, sino de corrección.

Hoy, como adultos, llevamos esas heridas sin darnos cuenta. Nos despertamos midiéndonos: ¿Soy suficiente hoy? ¿Me veo bien? ¿Hice lo suficiente para merecer descanso, amor, reconocimiento? Como si la vida fuera un examen que nunca terminamos de aprobar... y qué cansado es. Un cansancio que no solo agota el cuerpo, sino que se vuelve frustración continua, enojo acumulado que desemboca en ira, en colitis constante, en pensamientos inflamados de culpa, de estrés, de prisas, de miedos que nos queman por dentro y nos desconectan de quienes realmente somos.

Yo lo veo claro ahora. No en un libro de autoayuda. No en una frase cursi de Instagram que aman poner en este Mes del Niño. Lo vi en la imagen de mi hijo JuanCa. Un niño que, a pesar de su cuerpo pequeño, era inmenso en amor. Que nunca preguntó cuánto pesaba, ni qué le faltaba, ni si él era suficiente. Solo sonreía. Solo amaba. Él llegó a mí, en esta memoria viva, y me abrazó con todo su ser. No había frases complicadas. No había condiciones. Solo un "Te amo mamita, te amo" salido directo de su alma de niño.


Y entendí algo que quiero dejarte hoy, por si a ti también te duele una parte de ti que no terminó de crecer: No eres tu cuerpo. No eres tus logros. No eres tus etiquetas. No eres tus comparaciones... Eres el amor que sobrevive debajo de todo eso. Quizá hoy, antes de seguir intentando "arreglarte", solo necesitas abrazarte como JuanCa me abrazó a mí: sin juicio, sin exigencia, sin querer cambiar nada.

Porque la parte de ti que no creció... sólo necesita ser vista. No corregida ni mejorada. "Sólo" vista. Sentida. Honrada.


Así que hoy, en lugar de preguntarte qué debes cambiar, te invito a preguntarte: ¿Qué parte mía merece ser abrazada tal como es?

Ahí empieza todo. Ahí empieza el verdadero Regreso a Casa.

Y es que no vinimos a esta vida a corregirnos como si fuéramos errores ambulantes. Vinimos a recordar que ya éramos suficientes antes de que el mundo nos enseñara a dudarlo… quizá la verdadera revolución no sea cambiar. Si no volvernos casa para esa parte rota, pequeña, brillante... que solo está esperando ser amada y habitada.. como siempre ha merecido.

Envie un mensaje al numero 55-11-40-90-52 por WhatsApp con la palabra SUSCRIBIR para recibir las noticias más importantes.

/CR

Etiquetas


Notas Relacionadas
Ram 700 Laramie CVT Turbo, a prueba Columnas
2025-05-01 - 18:22
Verdad del Bienestar Columnas
2025-04-30 - 22:44
Liz y su apuesta por Noroña Columnas
2025-04-29 - 22:48
Letras Libres Columnas
2025-04-29 - 00:14
El legado del Papa Francisco Columnas
2025-04-27 - 22:29
Un secuestro, ¿qué lección deja? Columnas
2025-04-27 - 22:28
+ -