La menstruación es un proceso natural del cuerpo femenino que ha sido rodeado de tabúes y estigmas durante siglos; sin embargo, es fundamental reconocer la importancia de promover una menstruación digna, en la cual, las mujeres no sólo tengan acceso a productos menstruales adecuados, sino también a la educación y el apoyo necesarios para gestionar su salud menstrual de manera adecuada.
Es momento de romper el silencio y abrir espacios de diálogo sobre la menstruación. Debemos educar a la sociedad sobre este tema para eliminar mitos y falsas creencias. Al normalizar y hablar abiertamente sobre la menstruación, se fomentará una cultura de respeto y comprensión hacia las mujeres que experimentan este proceso mensualmente.
Además, es crucial reconocer que muchas mujeres sufren de dolor incapacitante durante su menstruación. Para estas mujeres, el dolor puede ser tan intenso que les impide realizar sus actividades diarias y laborales de manera efectiva. Es por ello que es imperativo otorgar licencias en el trabajo con goce de sueldo para aquellas mujeres que se encuentren incapacitadas debido a su dolor menstrual, ya que, como autoridades locales el primer paso es plasmarlo en la Ley de Trabajadores al Servicio del Estado y de esta forma hacerla válida para todas las mujeres que trabajan para el Estado.
En muchas ocasiones existe un desconocimiento total de mi competencia, la cual no contempla legislar en materia Federal como lo es la Ley Federal del Trabajo, por lo tanto no depende de mí, ni de quienes integramos la LXI Legislatura, el aprobar o no esta disposición para cualquier trabajo.
Estas licencias proporcionan a las mujeres el tiempo necesario para descansar, recuperarse y manejar su salud sin la preocupación adicional de perder ingresos. Reconocer el dolor menstrual como una condición médica válida y proporcionar el apoyo adecuado en el ámbito laboral demuestra empatía y respeto hacia las mujeres, promoviendo así una cultura de igualdad de género.
La menstruación digna implica desterrar los tabúes y estigmas asociados con este proceso natural, al tiempo que se brinda apoyo a las mujeres que experimentan dolor incapacitante.
Es hora de promover el diálogo abierto, la educación y las políticas laborales inclusivas que permitan a las mujeres vivir su menstruación de manera saludable y sin discriminación.
En el marco del Día Mundial de la Menstruación que se celebra cada 28 de mayo es indispensable visibilizar esta situación, aún existen personas que hablan desde la ignorancia y desde el machismo que comparan esta condición médica hasta con una resaca. El Estado de Hidalgo es el primer estado en aprobar estas reforma a la Ley de los Trabajadores al Servicio del Estado poniendo el ejemplo a nivel nacional y la discusión para que en otros estados se replique, esta misma iniciativa la presenté el año pasado con la misma finalidad, de garantizar los derechos laborales y sexuales de las personas menstruantes.
El machismo tiende a desvalorizar o menospreciar la experiencia menstrual, considerándola como algo vergonzoso, sucio o incluso como una forma de debilidad. Esto puede llevar a la discriminación y a la falta de apoyo hacia las mujeres en el entorno laboral y en otros aspectos de la vida cotidiana.
Cuando se promueve una cultura de silencio en torno a la menstruación, se refuerzan estereotipos perjudiciales y se excluye a las mujeres de las conversaciones importantes sobre su propia salud y bienestar. Esto puede tener consecuencias negativas en la autoestima, la confianza y la participación activa de las mujeres en diversos ámbitos. Y para aquellas mujeres que tomaron a risa esta iniciativa… hoy es una realidad en otro estado y esperamos que próximamente en nuestro estado podamos tener este derecho que cualquier mujer debe tener.
¡Nunca sin mujeres!