La Princesa de la Boca de Fresa y Jack el Depredador
Columnas
Luego de ocultarse en su ratonera durante varias semanas, Jack el Depredador —Andrés García Viveros— regresó a Twitter como si no cargara en la espalda una pesada losa relacionada con una denuncia por hostigamiento sexual en contra de una ex empleada del ayuntamiento de Puebla.
¿Quién le dijo que era tiempo de mostrar el músculo, y, sobre todo, qué músculo creyó tener a la hora de sacar matracas y confeti para celebrar a Claudia Rivera Vivanco?
A menos de un mes de que la Princesa deje el palacio, García Viveros —el clown preferido— ha decretado que su patético grito de independencia del 15 de septiembre fue histórico y legendario.
El mismo que acosó hasta en las madrugadas -vía WhatsApp— a una joven y guapa funcionaria, cercana laboralmente a Claudia, ahora se siente con la autoridad moral como para calificar y descalificar.
Y para ello recurre a pasquines con faltas de ortografía.
Qué lejos está de ese ataque de pánico que sufrió cuando las cámaras de ContraRéplica Puebla lo captaron en la ratonera que le servía de búnker.
Un búnker a modo desde el que seguía violando la determinación de un juzgado que ordenó su salida del ayuntamiento, en lo que se concluye el proceso iniciado en su contra por la joven víctima.
¿A qué juega quien maniobra a través de personeros lo que queda del esquelético ayuntamiento?
¿Está dopado?
¿Qué opiáceo nubla su cerebro?
¿Y qué pasa cerca de él que lo tiene tan desesperado?
Algo sí sabemos:
La Princesa está triste.
¿Qué tendrá la Princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa.
Ay, Rubén Darío, cuánta sabiduría hay en estos versos.
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/CR
