Los últimos tres trienios en Tehuacán dejaron al municipio en una condición de vulnerabilidad social, política, gubernamental, todo un desastre.
Del escándalo de Felipe Patjane resultado de su enfrentamiento con Miguel Barbosa a la soberbia de Alejandro Barroso, sin olvidar el trágico gobierno de Pedro Tepole, acumulan seis años y siete meses para el olvido.
En muy corto tiempo, el alcalde Barroso ha mostrado su habilidad e ingenio para crear inestabilidad, división social, ignorar la inseguridad y desatender las reales demandas de la sociedad a la que gobierna.
El caso de Misael, el vendedor de fruto brutalmente atacado en el Centro congrega todos los negativos del alcalde.
Ese comerciante informal cumplía con una de sus rutinarias jornadas de trabajo, en busca de un ingreso cuando integrantes de una familia –dos hombres y una mujer–, envalentonados, exigieron que se retirará del sitio en donde comercializaba su producto.
Sin darle oportunidad de nada, se le abalanzaron, golpearon brutalmente y lo dejaron inconsciente y terminó en un hospital.
El primer episodio de la historia exhibe de cuerpo completo la incapacidad del gobierno de Barroso para frenar un disturbio y aplicar la ley.
Como reacción a estos hechos, y ante la falta de acción gubernamental en el caso, un grupo buscó, encontró y quemó la vivienda de los presuntos agresores de Misael, en otro acto de brutalidad.
Este otro episodio mostró, por segunda ocasión, que en casos graves no se cuenta con el presidente municipal.
La turba hizo lo que quiso y se impuso la ley de la selva.
Entiendo que la gente, indignada por el ataque al comerciante informal y sin una respuesta del Ayuntamiento, quiso tomar justicia por cuenta propia, pero recordemos que no es la salida.
¿Y dónde estaba el alcalde Barroso?
¿Por qué la Policía Municipal no actuó de inmediato para mantener el orden público? Y claro, esto pudo evitar todo si la actuación ocurre cuando golpearon a Misael, no después.
Finalmente anunciaron la detención de los presuntos agresores del vendedor de frutas, lo que no está mal, pero se reprocha las acciones tardías, insuficientes, desarticuladas y negligentes de la autoridad.
Esta serie de hechos son el mejor ejemplo de la incapacidad de gobernar un municipio tan importante como es Tehuacán, al menos por el número de habitantes, el segundo en importancia del estado.
La 4T ha sabido retener el ayuntamiento en las últimas dos elecciones, más por la influencia de personajes nacionales y estatal, que por los propios atributos de los candidatos locales.
Sin embargo, ha fallado con las acciones de sus gobernantes y la promesa de uno mejor sigue incumplida e implica una deuda con la sociedad tehuacanera.
CAJA NEGRA
Giovanni N., ex alcalde de Tlachichuca y quien enfrenta un proceso penal opera desde la oscuridad o al menos eso parece, porque, ¿qué otro interés tendría un grupo de pobladores para impedir que el Concejo Municipal asuma sus funciones?
A diferencia de Chalchicomula de Sesma, en este otro municipio ocurrió una reacción de este tipo porque de ahí es la familia que se encuentra en el ojo del huracán y no quiere perder privilegios ganados durante años.
Eso nos lleva a pensar que seguramente intentarán una vez más ponerle el pie al Concejo porque hay una obsesión con el poder y el control político de la comunidad, así es como piensan y actúan los caciques, no puede esperarse otro escenario.