Vivimos en un torbellino constante. La agenda apretada, las notificaciones incesantes, el "deber ser" que resuena más fuerte que nuestros propios susurros internos. Y en ese ruido, ¿qué hemos dejado en el olvido? Hoy te invito a detenerte un instante, no para añadir una tarea más a tu lista, sino para hacerte una pregunta fundamental: ¿Qué pasión vital has silenciado últimamente?
Y esa pregunta me vino a la mente después de que en La Habladuría, mi programa de radio, tuvimos de invitada a una artista que, después de ser abogada, dejó todo ya grande para dedicarse a pintar… sí, era su pasión desde los 13 años y eso le implicó muchos temas financieros y sociales, pero ¿qué tanto vale la pena rescatar nuestras pasiones a pesar de lo que la sociedad nos diga?
Ahora, con mis casi 50 años, me doy cuenta de la cantidad de veces que relegamos estos impulsos de los "algún día", sin darnos cuenta de que cada "algún día" es un trozo de vida que se nos escapa.
Llamémosle vocación, llamado, o simple curiosidad; es esa chispa que nos recuerda que estamos vivos para algo más que cumplir con la rutina. El costo de ignorarla es alto: una vida en tonos grises cuando podría estar llena de color.
Piénsalo así, y aunque la idea está manoseada, me hizo cuestionármelo de esta manera después de platicar con la artista invitada: si tu vida es un lienzo y cada día tienes la oportunidad de tomar los pinceles y elegir los colores, que crearías? Y es que, ¿qué sucede cuando olvidamos que somos los artistas de nuestra propia existencia? ¿Cuántas emociones, ideas y sueños se quedan sin plasmar, simplemente porque no nos atrevemos a "mancharnos" un poco?
Rak Unánue describe sus obras como "pinceladas que evocan pensamientos". Entonces, ¿qué pensamientos estás dejando que se desvanezcan sin siquiera intentar darles forma? No necesitas ser un artista profesional para expresarte. Tu voz, tus acciones, tus elecciones diarias son NUESTRAS pinceladas.
Y esto nos lleva a una tercera reflexión: todos poseemos un universo interior vasto y único. Es ese espacio íntimo donde residen nuestras verdades más profundas, nuestras inspiraciones y también nuestros miedos. Sin embargo, ¿con qué frecuencia nos desconectamos de él? ¿O peor aún, lo silenciamos por temor a lo que podríamos encontrar o a lo que otros podrían pensar? Olvidamos que nuestra mayor fuente de poder y autenticidad reside precisamente en ese mundo interno.
Para esta columna quiero invitarte a un Llamado a la Acción HOY:
No se trata de una revolución externa, sino de una reconexión interna con un impacto transformador.
1. Desempolva UNA sola cosa que hayas postergado, algo que te dé curiosidad si no tienes bien ubicado el tema. Dedícale solo 15 minutos esta semana.
2. Elige Tus "Colores": ¿Qué emoción necesitas expresar hoy? ¿Alegría, gratitud, quizás incluso tristeza o frustración? Encuentra una forma sencilla de darle salida: escribe, canta en la ducha, habla con alguien de confianza. Permite que tus "pinceladas" internas se manifiesten.
3. Abre Tu Canal: ¿Cuál sería tu forma única de conectar con tu mundo interior y compartirlo? ¿La escritura, una caminata en silencio, la música, cocinar algo especial? Dedica un momento del día, por breve que sea, a cultivar ese canal. Escúchate.
No esperes al "momento perfecto", porque ese momento es una ilusión que nos mantiene anclados en la inacción. El verdadero momento es AHORA, por muy trivial que suene. El eco de lo olvidado te está llamando. ¿Te atreves a escuchar y, más importante aún, a responder? Tu vida te lo agradecerá.