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No lo tomes a la ligera

No lo tomes a la ligera

Columnas viernes 24 de febrero de 2023 - 00:00

La función de los frenos, cada vez que pisamos el pedal, es la de reducir la velocidad de un vehículo o detenerlo por completo, una gran responsabilidad que lo convierte en uno de los sistemas de seguridad del coche más importantes y que requiere de mucha atención en su mantenimiento.

Es importante considerar que, con el uso, es normal que las balatas de los frenos, fabricadas con materiales cerámicos, cobre y grafito, entro otros, se vayan desgastando debido a la fricción entre estos componentes y los discos o tambores, según sea la configuración del coche.

Sin embargo, todo tiene un límite, y tarde o temprano, será necesario reemplazar estos componentes por unos nuevos, esta periodicidad estará determinada en buena medida por nuestros buenos o malos hábitos de manejo, así que debemos estar atentos ante las primeras señales que nuestro coche nos haga.

Dichas señales pueden ser sutiles o claramente manifiestas, la clave está en conocerlas para poder prevenir cualquier problema más grave. Los frenos raramente fallan completamente de forma repentina, por lo que dichos síntomas de desgaste suelen ir agravándose con el paso del tiempo.

El síntoma más común es escuchar un chirrido agudo durante la frenada, lo que indica la presencia de partículas de polvo metálico en las balatas debido al propio desgaste de las mismas. También puede suceder que el pedal se sienta demasiado duro, lo que indica que las balatas estén sucias con grasa o líquido de frenos. “Este fenómeno también puede indicar que las balatas se hayan cristalizado debido al sobrecalentamiento o que los discos o tambores estén dañados.

Cuando el pedal parece estar más bajo de lo habitual y presenta un tacto esponjoso puede estar manifestando varios problemas, el más habitual suele ser la presencia de aire en el sistema hidráulico o que el líquido de frenos se haya degradado.

El líquido de frenos es una sustancia higroscópica, es decir, que tiende a absorber la humedad del ambiente. Un líquido de frenos deteriorado tendrá un punto de ebullición menor, por lo que, cuando los frenos eleven su temperatura, el agua del líquido se transformará en vapor, lo que dará lugar a esa sensación esponjosa.

Durante una frenada fuerte se podría notar algún tipo de vibración. Esta señal puede estar manifestando un problema de discos deformados o con ondulaciones; en este caso, la frenada no es pareja, por lo que estas piezas deben ser reemplazadas de inmediato.

En el momento en que notes que necesitas pisar el pedal más a fondo de lo habitual, es muy probable que haya algún problema relacionado con las balatas, el líquido de frenos o el sistema hidráulico.

En el primer caso, lo más probable es que las pastillas estén desgastadas y deban ser sustituidas. Con respecto al líquido de frenos o el sistema hidráulico, pueden presentarse fugas en el circuito, deterioro o escasez del líquido de frenos o presencia de aire en el sistema. El procedimiento habitual será el de purgar el sistema y rellenarlo de líquido de frenos nuevo.

Otra señal de desperfecto es cuando pisamos el pedal y el coche tiende a cargarse hacia un lado. Existen variables que pueden provocar esto, como presión baja en un neumático o algún amortiguador dañado, sin embargo, este fenómeno también se debe a que alguno de los cálipers ejerce mayor presión que el resto.

Finalmente, otro escenario de riesgo es cuando manejamos de forma agresiva, abusando continuamente de los frenos y circulando a alta velocidad, las altas temperaturas pueden provocar que las balatas se cristalicen y pierdan su eficacia al pisar el freno.

Esto significa que la resina de algunos materiales que integran el compuesto de la balata (materiales cerámicos, cobre, grafito, entro otros) se conviertan en líquido y salgan a la superficie a consecuencia de las altas temperaturas, formando una capa brillante y ultra dura que evita que el rozamiento entre esta pieza y el disco o tambor sea deficiente, a tal grado que la capacidad de frenado se pierda momentáneamente o en su totalidad en tanto los frenos no se enfríen; la cristalización de las balatas es una de evidencia de que los frenos fueron abusados y por lo tanto sobrecalentados.

La solución es quitar los discos o tambores y rectificarlos, es decir, eliminar esa capa cristalizada de la superficie mediante un elemento filoso colocado en un torno; si no es suficiente, las piezas tendrás que ser reemplazadas por unas nuevas.

Así que ya lo sabes, si al manejar tu auto se presentan estos síntomas, no dejes pasar más tiempo y acude con tu mecánico de confianza para que repare el desperfecto, pues de lo contrario pondrás en riesgo tu seguridad y la del resto de los conductores.


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