Los Traidores Poblanos y la Saga de El Padrino
Columnas
Una de las obras cinematográficas favoritas del gobernador Miguel Barbosa Huerta es El Padrino.
(Faltaba menos: las tres partes).
Esa pasión la comparte con doña Rosario Orozco, su esposa.
Francis Ford Coppola y Mario Puzo crearon —con estas tres películas que conforman la saga— una obra llena de señales y matices.
Todo buen político tendría que ver El Padrino para conformar su propio canon del poder.
Pocos son los que lo hacen.
Ésa es, quizás, una de las razones por las que la política mexicana es una zona de improvisados sin talento ni oficio.
Hijos del lugar común, dichos políticos sólo se mueven en función de sus intereses y ambiciones.
No aspiran a más.
(Es su patología).
Pero volvamos al gobernador y a El Padrino.
Hay una escena que particularmente le gusta —de las muchas que es capaz de citar de memoria.
Es aquélla en la que Michael Corleone —triste y lastimado por la muerte de don Vito, su padre—, preside el numeroso funeral al que asisten políticos, artistas, empresarios y mafiosos de las Cinco Familias de Nueva York.
(Barzini y Tattaglia, entre otros).
Michael está mirando desde su lugar privilegiado la llegada de Barzini al funeral.
De pronto, observa que Tessio —amigo de don Vito desde joven— se acerca muy obsequioso al mayor enemigo de la familia Corleone y se dicen cosas al oído.
Tessio asiente y lentamente se acerca a Michael, sucesor ya del poderoso y finado padrino.
Palabras más, palabras menos, Tessio le dice al oído que busca establecer una cumbre de paz en su territorio de Brooklyn, cumbre a la que asistirá Barzini.
Michael lo mira fijamente y asiente.
Tessio, entonces, se acerca al capo que maneja a Tattaglia y a los otros mafiosos y, muy orgulloso, le dice que Michael ha aceptado acudir.
Barzini sonríe satisfecho, se despide de Tessio de un abrazo y le hace un gesto de pésame desde su lugar al multicitado Michael.
Una frase de don Vito ronda en la cabeza del nuevo padrino en toda esta escena:
“La persona que te quiera acercar a tus enemigos será el traidor de la Familia”.
(Sabio como era, don Vito Corleone sabía que esa cumbre de paz sería organizada para matar a su hijo).
La gran moraleja es una: aquél que quiera sentarte con tus enemigos es un traidor.
La lecturas es brutal.
Y muy conveniente en una época en las que las traiciones son el pan nuestro de cada día.
En el contexto electoral que vivimos, lo que abundan son los Tessios urgidos de una buena negociación.
(Buena, en los sentidos económico y político).
Cuánta actualidad tiene la mirada de Coppola y Puzo en la política de nuestros días.
¿Cuántos Tessios están metidos ya en alguna conspiración de opereta?
Cuidado, conejos y asociados.
Hay alguien que los está mirando.
Aquella Casa de El Cristo. Mario Marín compró en su momento varias residencias en el fraccionamiento El Cristo, de Atlixco.
Sus hijos y él mismo tenían ahí sus zonas de descanso y relajamiento.
Muchos fueron ahí a ser besados por el diablo.
Uno de ellos, quien hoy niega su amistad y patrocinio: el senador Armenta.
Cosa curiosa:
No sólo niega su pasada cercanía.
Desde que pasó lo que pasó, no quiere ni mencionar su nombre.
¿Cómo se le llama a eso?
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/CR
