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Violencia política en México, riesgo para la democracia

Violencia política en México, riesgo para la democracia

Columnas domingo 24 de marzo de 2024 - 23:12

La democracia en México enfrenta uno de sus mayores retos en años recientes: la persistente y creciente ola de violencia política que azota al país.

Los datos del proyecto de investigación ‘Votar entre Balas’ revelan una alarmante realidad: desde 2018 hasta lo que va de 2024, se han registrado mil 546 ataques de violencia criminal dirigidos contra candidatas y candidatos o personas relacionadas con sus aspiraciones políticas a nivel nacional. Entre estas agresiones se cuentan amenazas, asesinatos, atentados, desapariciones y secuestros.

Según las cifras recabadas por la asociación civil ‘Data Cívica’, entre noviembre de 2023 y enero de 2024 se contabilizaron 24 ataques a personas relacionadas con partidos políticos. Y según información del Laboratorio Electoral, hasta el 15 de marzo de 2024, se han cometido 44 asesinatos por violencia política en el actual proceso electoral, donde cinco víctimas eran mujeres y 39 hombres. Estas cifras desgarradoras nos obligan a mirar de frente la crisis que enfrenta la democracia en México.

Es importante subrayar que la violencia política no distingue entre partidos; afecta por igual a las y los candidatos de todas las ideologías. Tanto los opositores como aquellos vinculados al partido en el poder son blanco de ataques, lo que refleja un clima de intolerancia y confrontación que amenaza la estabilidad del sistema político.

En este contexto, es crucial destacar que, históricamente, los equipos de los candidatos han sido el grupo más vulnerado por estas agresiones. Este patrón se ha mantenido constante desde 2018 y, lamentablemente, parece repetirse en el actual proceso electoral de 2024.

La magnitud de este problema no puede subestimarse. No se trata únicamente de un tema de seguridad pública, sino de la integridad misma de nuestro sistema democrático. La violencia política no solo silencia voces disidentes, también socava la confianza en las instituciones. ¿Cómo puede hablarse de democracia cuando los ciudadanos y sus representantes están bajo constante amenaza?

El desafío que enfrentamos como sociedad de cara a la jornada electoral del próximo 2 de junio es monumental. Se elegirán más de 19 mil cargos en los estados y garantizar la seguridad de las y los candidatos, así como de sus equipos es fundamental para la legitimidad del proceso. Sin embargo, el despliegue de elementos de seguridad no es suficiente si no va acompañado de estrategias integrales que aborden las causas profundas de la violencia política.

El Primer Reporte de Violencia Política realizado por Integralia Consultores este 2024, revelan que entidades como Puebla, Ciudad de México y Quintana Roo figuran en la lista con un Nivel Medio de posibilidades de presentar violencia durante el actual proceso electoral; no obstante, otros estados como Veracruz, Tabasco, Sonora, Chihuahua y Tamaulipas se encuentran en un Nivel Alto; y demarcaciones como Jalisco, Michoacán, Colima, Guerrero y Chiapas se ubican en un nivel Muy Alto.

Estas son señales inequívocas de que el problema está arraigado en distintas regiones del país y exige una respuesta urgente y coordinada por parte de las autoridades de todos los niveles de gobierno, quienes deben asumir su responsabilidad en la protección de la integridad de las y los candidatos y en la preservación de la democracia. Esto implica no solo acciones de seguridad, sino también medidas para fortalecer el Estado de Derecho, combatir la impunidad y promover una cultura política basada en el diálogo y el respeto mutuo.

La violencia política no puede convertirse en el precio que pagamos por ejercer nuestros derechos democráticos. Es hora de poner fin a esta tragedia que ensombrece nuestra democracia y amenaza con destruir el tejido social. No podemos permitir que el miedo y la violencia sean los protagonistas de nuestro proceso electoral.

EL CASO

A una semana del arranque de campañas en la entidad poblana donde se renovarán diversos cargos de elección popular –gobernador, las 217 presidencias municipales, además de diputaciones locales, federales y al Senado–, se registró el asesinato de Jaime González, candidato de Morena a la presidencia municipal de Acatzingo.

Las versiones apuntan que el político conocido como “El Maizero” se encontraba en su lote de autos la tarde del 23 de marzo cuando cuatro hombres armados a bordo de motocicletas llegaron a dispararle.

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/CR

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