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La Nueva Rabieta de Nancy de la Sierra (Mambo Número 8)

La Nueva Rabieta de Nancy de la Sierra (Mambo Número 8)

Columnas miércoles 21 de octubre de 2020 - 17:19

Nancy de la Sierra es célebre por pelearse con medio mundo.

Tras perder en las urnas en la elección de 2015, confesó públicamente que odiaba a los teziutecos.
Es decir: a sus paisanos.

Lo hizo en un arranque de sinceridad, aunque luego, en 2018, salió con que no quiso decir eso.

Los odiaba, confesó en su momento, por la lógica con la que se manejan.

Esa misma lógica, por cierto, por la que le negaron el voto.

Ya convertida en candidata al Senado, en un video detrás de cámaras llamó “pinches gatos” a los contendientes de otros partidos que buscaban, como ella, un escaño en la Cámara Alta.

Pensábamos que ya habíamos oído y visto todo.

No es así.

Hace unas horas, llena de furia, se le fue encima a su compadre Ricardo Monreal, líder máximo del Senado, quien la llevó de la mano a su posición de senadora de la República.

Con gesto malhumorado, y mirada venenosa, le reprochó sus palabras en el contexto de la discusión sobre la desaparición de más de cien fondos y fideicomisos.

Luego, con igual dosis de odio parlamentario, fustigó a Alejandro Armenta.

¿Qué le pasa a Lupita?, diría en un mambo Pérez Prado.

La respuesta es sencilla:

La senadora De la Sierra cree que su única lealtad es con el presidente de la República.

De ahí que no acepte ni amenazas ni indirectas.

Menos aún, órdenes y deditos tronados.

Olvida que Monreal también ha sido clave en la vida política reciente de José Juan Espinosa.

Y más:

Olvida que ambos le deben su escaño y su curul.

Y hasta su protección en algunos momentos más que difíciles.

La rebeldía de Nancy de la Sierra no estaría nada mal de no ser porque su actitud está muy lejos de ser independiente y autónoma.

Sus quince minutos de disidencia con Monreal le pueden costar muy caros.

Mañana, es predecible, buscará reconciliarse con él.

La duda que mata es si él aceptará.

El riesgo de la senadora es que se quede bailando, sola, aquel célebre mambo de Dámaso Pérez Prado.

El Cara de Foca.



Datos para Entender la Visita de Elba Esther a Puebla. Mucho ruido generó la visita de Elba Esther Gordillo a Puebla.

Las especulaciones abundaron.

Hubo quien dijo que vino a ver a un personaje muy menor: Ramón Fernández.

(O a otro personaje de la misma estatura: Christian Macip).

Nada de eso.

La presencia de la polémica ex dirigente del SNTE tuvo que ver con el poder.

El poder que le da ser la promotora y creadora del nuevo partido Redes Sociales Progresistas y el poder que le da ser una interlocutora confiable.

La fotografía que operadores suyos se tomaron con el gobernador Miguel Barbosa Huerta es elocuente.

Si uno fuera mal pensado, creería que aquel miércoles 23 de septiembre la profesora y su esposo vinieron a Puebla a algo más que a comer langostinos al mojo de ajo al restaurante El Desafuero.

¿Cuál sería el objeto real de su visita?

¿Quién es tan poderoso como para sacar a Elba Esther Gordillo de su zona de confort en Polanco y hacerla viajar los 132 kilómetros que separan a Puebla de la Ciudad de México?

¿Y qué habrá estado como eje rector de la conversación?

¿Cuáles fueron los acuerdos?

¿Cuáles las entrelíneas?

Ese 23 de septiembre, por cierto, todo mundo pensaba que Redes Sociales Progresistas no obtendría su registro como partido político.

Sólo ella sabía que el añorado “sí” sería una realidad.

Quizá por todo esto —incluida la misteriosa visita—, ella y su esposo se tomaron con tanto jubilo el albariño Gran Bazán que acompañó los langostinos.


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/CR

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