Con el paso de los años, los vehículos han sido dotados con sistemas cada vez más y más sofisticados, y en los que la electrónica y las computadoras cobran una mayor importancia para su operación. En la actualidad, el vehículo más sencillo puede equipar, como mínimo, seis
computadoras, las cuales cumplen con funciones específicas para asegurar que todo marche sobre ruedas, literalmente.
Estos dispositivos se pueden clasificar esencialmente en tres grupos: las computadoras que gestionan el correcto funcionamiento del motor del auto y la transmisión, las que se encargan de que las funciones de confort como el aire acondicionado y el sistema de infoentretenimiento trabajen a la perfección, y las que se encargan de la operación de los sistemas de seguridad y asistencias a la conducción.
Desde luego que estas computadoras se apoyan en la información que recolectan los sensores que integran el sistema eléctrico del vehículo, por medio de una red eléctrica integrada por cables, de los cuales también dependen los actuadores, que son conectados o desconectados por los primeros para determinar el tipo de funcionamiento a aplicar a las diferentes piezas que requieren de corriente eléctrica.
Toda esta información proviene de más de 30 circuitos como el de encendido, arranque, inyección de gasolina, de iluminación e instrumentos de control que aseguran el funcionamiento de casi todas las funciones del coche, de modo que en esta primera entrega nos vamos a concentrar em la unidad de control del motor, también conocida como módulo de control del motor o módulo de control del tren motriz.
En qué consiste
La computadora del auto monitorea y controla una gran cantidad de procesos que mantienen el motor funcionando de manera adecuada, como las emisiones del motor y los sensores para mantenerlas lo más bajas posibles; asimismo, es capaz de adaptarse a las condiciones ambientales y a los patrones de manejo de cada conductor, esto para garantizar que del vehículo funcione de la manera más eficiente y segura posible.
La computadora recibirá información de muchos sensores que incluyen el de oxígeno, de presión de aire, de temperatura del aire, de temperatura del motor, de posición del acelerador y del cigüeñal, y el sensor de detonación.
Usando la información recibida de estos sensores, la computadora puede controlar diferentes partes como regular los inyectores de combustible, las bujías, mantener estable el motor a bajas revoluciones, notificar al conductor de un problema con la luz Check Engine, monitorear el sistema de encendido y entregar comandos eléctricos a los sistemas de transmisión y árbol de levas.
Siguiendo con la parte mecánica, la computadora también se encarga del funcionamiento de la transmisión automática, activando las diferentes velocidades y todo lo relacionado a esta, este módulo también indica a la computadora central todos los errores que arroja la, por ejemplo, si algún solenoide presenta problemas dentro de la transmisión y proporciona todo lo relacionado a las marchas que da el vehículo.
Por otro lado, al momento de llevar el vehículo a un taller de servicio, el mecánico podrá leer los códigos de diagnóstico que muestre la computadora e identificar y solucionar cualquier problema.
Dependiendo de qué tan moderno sea un coche, puede haber todo tipo de microprocesadores en la computadora que ayudarán a darle la potencia informática que se necesita para controlar todas las funciones.
Causas que pueden dañarla
Al ser un equipo que depende de la corriente eléctrica, un sobre voltaje en los sensores puede ser su principal daño, esto a causa de un mal cambio de batería o el uso de una de mala calidad de la misma.
Entre otras fallas se encuentran también la entrada de agua en el módulo por un descuido en el lavado de motor, un cortocircuito en el solenoide o cableado defectuoso, así como por una mala programación en su instalación o ajuste.
Algunos síntomas que pueden determinar si la computadora del coche está fallando pueden ser que el auto no encienda a pesar de que la batería está en buenas condiciones, que tarde en arrancar e incluso que el motor se pueda apagar repentinamente estado en marcha.
A esto se puede sumar un consumo excesivo de combustible, que la aceleración no sea constante inclusive al presionar el pedal del acelerador, que se presenten cabeceos en el motor y que se encienda el testigo de check engine en el panel de instrumentos sin ningún motivo aparente, entre los más importantes.