La Toxicidad no es mala

Porqué si YO SOY TÓXICA, ¿qué tan mala puede ser?

Nos han enseñado a pensar en términos absolutistas… esto es blanco o negro, todo o nada, bueno o malo. Pero si quitamos ese pensamiento reduccionista podemos darnos cuenta que, la toxicidad ajena ayuda a sanar nuestros demonios internos.

Cuando nos intoxicamos quiere decir que tomamos algo del medio externo, nos lo tragamos literal e inconsciente, para que nos haga daño internamente. Quiere decir que algo ajeno, que aparentemente NO es nuestro, nos está dañando, pero ¿cómo podría ser posible que nos intoxique algo que no hemos consumido? Si nos está lastimando es porque lo hicimos nuestro.

Esta de moda la palabra toxicidad, está de moda decir: “aléjate de esa persona que es tóxica”, es tendencia señalar a los demás como tóxicos… pero esa “toxicidad ajena” tiene mucho, o todo, que ver conmigo y no me estoy dando cuenta que esa patología que tanto rechazo en el otro, dice más de mi y es más mía, que de esa “persona tóxica”…porque la toxicidad no es del exterior, no es de alguien más, no es de alguna situación ajena a mí… soy yo la tóxica.

Yo soy tóxica, mis pensamientos son tóxicos… muchas veces, pocas no. La mayoría de mis pensamientos han sido programados para pensar en negativo, de forma catastrófica y destructiva… me trato mal, me veo al espejo y me digo cosas tóxicas… me doy cuenta de mis “fallas” en la educación que doy a mis hijos y me tacho como una mala madre, mi mente está en mis fallas académicas, laborales, en mis “fallas” de un perfeccionismo utópico… constantemente me hablo mal a mi misma… hola, mi nombre es Montserrat y soy tóxica.

¿Y qué pasa cuando reconozco esta parte oscura de mí? (mi dark side para los amantes de StarWars) … mi ego se siente herido… y me dice esta parte MUY inconsciente, que yo no soy la “mala” de este cuento, porque nos han dicho que la toxicidad NO es “buena” y eso nos impide verla como un espejo que me ayude a sanar mis propios conflictos. Pero no, porque lo más fácil es, como siempre, echarle la “culpa” a los demás… y creo que señalando al otro dejo de ser tóxica… porque el tóxico es “el o ella” … pero es lo opuesto.

Mientras más quiera señalar a los demás como tóxicos y quiera alejarlos de mi vida, más tóxica seré conmigo… porque si no me haga responsable de mi propia toxicidad, más me intoxico… yo sola, poco a poco… me tomo el veneno esperando que se muera el de junto… y así es como siguen llegando a mi vida esas personas y/o situaciones que yo considero que son las que me enferman.

Estamos acostumbrados a juzgar y separar en base a lo que creemos que es “bueno” o “malo” … y así clasificamos a los demás así, dándoles palomazo y entrada a nuestras vidas o desterrándolos al “infierno”. Y el simple hecho de etiquetar a alguien nos hace limitados… mientras nombremos a algo o a alguien, de la forma que sea, estamos encasillándolo, reduciéndolo… lo mismo hacemos con nosotros, en silencio… callamos nuestra propia toxicidad y hacemos como que no la vemos, porque si no la nombramos pensamos que no existe. Y es lo opuesto, al darnos cuenta de que nosotros mismos nos estamos haciendo daño, nos estamos curando.

Es magia, o hechizo de brujería… como quieras llamarle, pero la toxicidad no es mala, es una situación o persona NEUTRA de la cual, si así lo decidimos, podemos aprender mucho, pero más sanarnos.