Soy una hueva

Columnas miércoles 17 de mayo de 2023 - 17:02

Algo no funciona en mí, me aproximo a la gente de una forma un poco enferma. Reacciono ante sus comentarios, soy incongruente, enfermiza en mis decisiones y en mis palabras.

Soy inestable… la mayoría de las veces no puedo explicar qué me está pasando. Le tengo terror a sentir, a dejarme llevar, a confiar.

Eso me ha llevado a tener relaciones incómodas, inconvenientes y destructivas…

Soy una hueva… me la paso chingando a los demás esperando que me hagan feliz, que cubran mis necesidades. Quiero controlarlos, controlar lo que siento, controlar lo que ellos sienten y cómo se comportan. ¡NO PUEDO!

Soy una hueva porque me la paso haciéndome la víctima. No me hago responsable de mis temas, de lo que me aqueja, y ¿qué hago? Echarle la culpa a los demás.

Me digo a mí misma que los demás son los me hacen daño, sin darme cuenta de que sus palabras están vacías de contenido a menos que YO se lo asigne.

Mi EGO me dice que soy LA MÁS importante, que todo gira alrededor de mí, pero a NADIE LE IMPORTA. No soy el número uno en la vida de nadie. Esa auto importancia instalada en mí me hace creer que soy el ombligo del mundo.

Creo que las cosas, pero sobre todo las personas, me pertenecen. Que son estáticas y así se quedarán por el resto de mi vida… vivo en contra de la impermanencia.

No acepto el cambio, vivo confundida, inmersa en una simbiosis donde creo que soy lo que pienso. Me siento y me vivo como si estuviera definida por mi pasado, y genero un futuro ilusorio lleno de ansiedad… sufro por elección propia.

Juzgo y opino de todo… sea de mi incumbencia o NO. Soy una hueva.

Mi atención está en pensamientos condicionados llenos de obsesión y compulsión, ideas que me destruyen y me hacen sentir que no soy suficiente. Ignoro los pensamientos que me construyen, que me hacen sentir valiosa, reconocida y amada; busco el drama dentro de un diálogo interno que es de HUEVA.

Puedo darme cuenta de cómo mis pensamientos me están jodiendo la vida y se la estoy jodiendo a los demás.

Quiero que los demás me arreglen mis problemas.

Pero en la medida en que entienda que sólo dentro de mi esta esa sanación, que tampoco es permanente, y que sólo yo puedo decidir cómo me quiero sentir y cómo elijo vivir, podré ir reconociendo periodos de felicidad interna, de calma, cada vez más prolongados.

Y tú, ¿eres una hueva? Pero lo más importante, ¿quieres seguir siendo una hueva?