Los taxis pirata en Puebla son un negocio redondo. No hay gobierno que intente controlar esta mafia porque arroja muy buenas ganancias a los dueños de las bases ilegales, a los supervisores de la Secretaría del Transporte y a los 700 agremiados que aceptan las condiciones de trabajo.
La entrada a cualquiera de las bases que se ubican en la zona metropolitana de Puebla obliga al taxista al pago de una cuota de 500 a mil pesos para que con el número de placas, modelo, color del auto y su nombre ingresen a una lista que está bajo supervisión de los trabajadores de la Secretaría del Transporte del gobierno del estado.
Los taxis colectivos reciben a tiempo la notificación de los operativos oficiales, de tal suerte que si alguna de la unidad es detenida, solo basta revisar el listado VIP para que no paguen arrastre y corralón. Un privilegio que cuesta dinero y buenas palancas políticas.
Cada taxista paga 500 pesos a la semana; la mitad de esa cuota obligatoria queda en manos de los inspectores corruptos y la otra mitad en el bolsillo de los permisionarios. En un día bueno, el particular ingresa entre 500 a 600 pesos diarios por ocho horas de trabajo y apoya a los checadores de la base con 10 o 30 pesos al día. Los viajes por persona se pagan de 10 a 25 pesos dependiendo la distancia.
Las bases que están a la vista de todos y con la “bendición” de la Secretaría de Guillermo Aréchiga están repartidas en: Bugambilias, en la carretera federal de Tehuacán a Valsequillo; de Valsequillo a Tlaxcalancingo; Los Héroes y 16 septiembre; una más en inmediaciones de Periplaza, en las Carmelitas, en vía Atlixcáyotl, adentro de Lomas de Angelópolis; en Tlaxcalancingo, en la zona del hospital Cholula, en Ciudad Judicial y alrededores de Plaza San Diego, abajo del Puente de la Recta a Cholula, la base de 4 caminos que cubre el municipio de Cuautlancingo y hace unos meses el corredor Atlixco - Izucar de Matamoros.
Por si fuera poco, los taxistas pirata - en ocasiones agresivos y violentos- también reciben beneficios en tiempos electorales, en la última elección fueron usados para la movilidad de los eventos de campaña y los acarreos el día de la votación – recibiendo mil pesos cada uno-.
Usted saque sus conclusiones por qué los taxis pirata son un gremio intocable y se carcajean de las nuevas sanciones en Puebla que establecen hasta 10 años de cárcel y 45 mil pesos de multa.
El problema es que la Secretaría del Transporte aprieta a los automovilistas con el Hoy No Circula mientras que los taxis colectivos gozan de cabal impunidad y ni hablar de las unidades del transporte público. Vaya incongruencia.