Puebla
Por: Mario Galeana
La tarea de Lorena Lucero parece una batalla contra el olvido, aunque ella cree que es más bien una batalla hacia el futuro. Nombrar a todos los migrantes muertos en Nueva York, dice, podría prevenir la muerte de muchos otros.
Lucero y otros activistas y organizaciones no gubernamentales han iniciado un censo de mexicanos muertos por Covid-19 en los cinco distritos de la ciudad de Nueva York. Lorena cree que en la lista habrá por lo menos 600 personas y que la gran mayoría serán de Puebla.
El registro comenzó cuando descubrió que familiares y conocidos de Piaxtla, el municipio mixteco del que emigró junto a su familia hace varios años, fueron pereciendo a causa del virus. Uno a uno, historia por historia, muerte por muerte.
Cuando preguntó entre sus contactos, supo que otras organizaciones de migrantes también parecían alarmadas por las muertes de personas de origen mexicano.
Así comenzó el registro. Y así comenzó la batalla hacia el futuro.
Porque Lorena Lucero cree, al igual que los Centros Estadounidenses para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC), que en Estados Unidos habrá una segunda ola de contagios. Algunos creen que será en invierno. Mientras tanto, nombrar y contabilizar a las víctimas de la primera ola podría salvar a las posibles víctimas de la segunda.
“Queremos comprobar y mostrar a la ciudad de Nueva York que los números de víctimas de la comunidad mexicana son altos y que por tanto se requieren programas específicos para ellos. Todo esto debe tomarse en cuenta para que pensemos en planear a futuro y, cuando la segunda ola llegue, se proteja a las personas tanto en la ciudad como en sus comunidades de origen”, abunda.
LA PROBLEMÁTICA DEL REGISTRO
Lucero, quien es jefa de personal de Carlos Menchaca, el primer consejero electo en Nueva York de origen mexicano, cree que el principal problema para las autoridades al registrar los decesos de personas es que el Consulado de México en Nueva York se encuentra saturado.
“La segunda cuestión es que, debido a las reglas de privacidad y leyes locales, no se puede decir públicamente:
‘Vengan todos los mexicanos y llenen este formato’. Hay muchas restricciones en ese sentido. La tercera es que en los hospitales no hay reportes de nacionalidades; no te preguntan si eres mexicano o no, sólo te preguntan si eres latino o hispano”.
Hasta ahora, el gobierno de Puebla y el gobierno federal han reconocido que existe un subregistro de decesos de migrantes fallecidos en Estados Unidos.
El problema radica en que sólo se registran las muertes de aquellas personas cuyos familiares piden ayuda ante el Consulado de México.
En realidad, ni el gobierno ni el Consulado tienen cifras precisas sobre el número de migrantes poblanos que radican en Nueva York. El último censo oficial se realizó hace 10 años, y las estimaciones entre académicos y organizaciones civiles fluctúan entre los cientos de miles y los millones.
Guillermo Yrizar Barbosa, investigador de la Universidad Iberoamericana de Puebla en migración internacional, cree que un indicador podría despejar las dudas sobre el número de poblanos fallecidos en Estados Unidos: la repatriación de restos.
“En 2018, Puebla fue el primer lugar a nivel nacional de repatriación de cuerpos, con 457 casos. En 2019 bajó a 365 cuerpos repatriados. Si me preguntas cuánto va a subir la repatriación de personas muertas por coronavirus, no lo sé. Pero quizá lo sabremos a fin de año, con estos datos”, explica.
Por ahora, ningún cuerpo ha podido ser repatriado al lugar en el que nació por disposición de las autoridades estadunidenses. En Nueva York, el gobierno ha decidido congelar los cadáveres y, de esta forma, otorgar a las familias más tiempo para poder reclamarlos.
En la espera, muchos optan por incinerar a sus muertos. Y ahora las funerarias guardan las vasijas que contienen los restos hasta que sea posible enviarlas de vuelta a México y Puebla.
Eso llegará a los municipios: cenizas, polvo.