Tiraditos

NORMA Y EL TRIUNFO

•Desde el día 1 de su gobierno, Norma Layón Aarún tuvo que remar a contracorriente. El jugoso municipio de San Martín Texmelucan y su millonario tianguis despertó la codicia de muchos, pero sobre todo de un personaje: David Méndez Márquez. Desde mucho antes de ser defenestrado como secretario de Gobernación, el exregidor del PRD intentaba apoderarse a como diera lugar de ese territorio. Con la cercanía del hombre más poderoso de Casa Aguayo comenzó a afinar su estrategia y para eso jugo en tres carriles: metió a su padre Jorge Méndez Spínola a romper, perseguir y dividir a las diferentes fuerzas del tianguis y Morena. Luego, armó expedientes contra líderes tianguistas que respondían al senador Alejandro Armenta Mier. Y, para cerrar la pinza, arrancó toda una campaña en contra de la alcaldesa Norma Layón para envenenar el ambiente. Tras la caída de David Méndez comenzaron a caerse todas las mentiras e insidias contra la presidenta municipal. El ambiente de crispación fue aprovechado por el junior Edgar Salomón Escorza, quien pensó que todo sería un día de campo. Otros habían hecho el trabajo sucio y a él solo le correspondía capitalizarlo. Pero todos los adversarios de Norma Layón perdieron en cuenta que frente tenían a una mujer que había resistido todo tipo de embates. En otras palabras, todos la curtieron para la guerra. El resultado está ahí: Norma forma parte del exclusivo grupo de una decena de alcaldes que logró reelegirse. ¿Si tan mala era, entonces, cómo es que vino desde atrás y retomó el control de su municipio y de las urnas?

SOCAVONES PRIISTAS

•Ahora que somos el centro de las miradas nacionales por el socavón, habrá que mirar con lupa los resultados en algunos distritos federales, en donde ni con la alianza con PAN y PRD, los priistas lograron ganar y menos mantener su voto duro. Es el caso del Distrito 14, en donde Alberto Jiménez Merino dejó como resultado de su candidatura un boquete de más de seis mil votos a su partido respecto a 2018. De los más de 72 mil votos obtenidos por Merino, el PRI sumó un poco más de 41 mil votos, es decir, seis mil menos que los obtenidos por Maritza Marín Marcelo hace tres años. En términos absolutos, El Ingeniero provocó la caída del tricolor en unos 12 puntos porcentuales. Pero hay una duda: ¿Será coincidencia que por casi ese mismo número obtuvo el triunfo la diputada del Partido del Trabajo (PT), Nelly Maceda Carrera, quien logró su reelección? ¿Qué hubiera pasado si Merino, en lugar de sentirse panista y hacer marchas de prematura victoria con los abanderados de Acción Nacional en Acatlán, se hubiera cobijado más en su partido? Ahora su imagen es la del corredor que reclamó el trofeo antes de empezar la carrera. Ni modo, es el costo de las “traiciones”.

EL MUNDO ALTERNO

•Claudia Rivera Vivanco vive en un mundo alterno en el que ella ganó la elección del pasado 6 de junio, pero le robaron el triunfo; en el que su gobierno es el mejor en la historia de Puebla; y en el que ella representa la nueva clase política que debe gobernar por siempre la entidad y el país. El problema de esta disociación es que la realidad termina por imponerse. Con su estrepitosa derrota –¡por más de 21 puntos de diferencia!–, ella y sus aliados cayeron de la gracia de la cabeza de la 4T en el país y eso, por conclusión, les cierra las puertas los próximos tres años en cualquier decisión o influencia local, estatal y nacional.

¿Qué demostraron Claudia Rivera y sus aliados? Que ni unidos pueden ser competitivos en las urnas. Tras la debacle, Rivera Vivanco no cuenta con la fortaleza suficiente para pedir la dirigencia estatal de su partido. Para eso se necesita un presidente centrado, conciliador y que sepa leer correctamente el mensaje de la ciudadanía. Claudia no tiene ninguno de esos requerimientos. Peor aún, la alcaldesa enfocó sus baterías contra el Instituto Electoral del Estado, pese a que existe la sospecha que ha sido aliado del dirigente de Morena, Edgar Garmendia de los Santos, de ahí que pegarle al árbitro de la contienda es dar un balazo en el pie y poner muy mal a su aliado. Así pues, queda claro que Claudia es la única del grupo antibarbosista que no ha entendido que las cosas cambiaron radicalmente después del 6 de junio. Como bien lo escribió el periodista Mario Alberto Mejía: quien pretenda tener vida después de la elección debe saltar una sola aduana: la del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.