La Secretaría de Salud de Honduras confirmó un alarmante brote de miasis causado por el gusano barrenador, con 41 casos registrados en humanos y más de 1,300 en ganado en lo que va de 2025. El parásito, que había sido erradicado de personas desde 1995, ha provocado ya la muerte de tres pacientes, según confirmó la jefa del Programa de Zoonosis, Reina Velásquez.
La miasis cutánea humana es causada por la larva de la mosca Cochliomyia hominivorax, que deposita sus huevos en heridas abiertas, donde los gusanos nacen en pocas horas y comienzan a devorar tejido vivo. La mayoría de los afectados son hombres y provienen de los departamentos de Francisco Morazán, El Paraíso, Olancho, Ocotepeque y Yoro, zonas ahora clasificadas como de alta incidencia.
De los tres fallecidos, dos tenían comorbilidades que agravaron su estado clínico, señalaron autoridades médicas. Los nuevos casos en áreas urbanas sugieren que el brote no está vinculado exclusivamente a la actividad ganadera, lo que aumenta el riesgo de transmisión comunitaria.
Para contener la propagación, el Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria (Senasa) intensificó la liberación semanal de millones de moscas estériles en las zonas más afectadas. Esta técnica, conocida como “liberación de insectos estériles”, busca reducir la reproducción del insecto portador sin uso de pesticidas. Además, se han impuesto cuarentenas en puntos de ingreso, reforzado el control de movimientos de ganado y ampliado las campañas de educación sanitaria.
El titular del Senasa, Emilio Aguilar, advirtió que “el brote representa una amenaza para la seguridad pecuaria del país”, y solicitó colaboración del sector ganadero en la vigilancia de animales heridos y aplicación inmediata de tratamientos preventivos. Las autoridades instan también a la población a proteger mascotas, mantener heridas cubiertas y acudir de inmediato al centro de salud ante cualquier señal de infección.
El regreso del gusano barrenador a humanos marca un retroceso de tres décadas en la lucha sanitaria en Centroamérica, y las autoridades temen que el cambio climático y la movilidad sin control de animales puedan favorecer una expansión regional del parásito.
Foto por Cuarto Oscuro