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Adán Xicale, el candidato que no fue y nunca será

Adán Xicale, el candidato que no fue y nunca será

Puebla lunes 14 de diciembre de 2020 - 05:36

San Andrés Cholula vive un regreso al pasado: un síndico que defiende a su papá en plena sesión de Cabildo porque no lo dejan que se meta en asuntos oficiales y una familia, los Xicale, que se alista para una guerra de lodo en donde lo íntimo, lo privado, es su moneda de cambio para atacar a quien fue su leal amiga: Karina Pérez Popoca

Por Ignacio Juárez Galindo

El rostro blanquecino. El rictuspatético de tragar saliva.

La necesidad de carraspear para aligerar el nudo en la garganta.

Esos y otros síntomas atraparon varios minutos al cachorro de los Xicale.

No era para menos.

Lo que estaba a punto de decir ante sus compañeros de Cabildo no era un tema menor.

Era un auténtico salto al pasado.

Un regreso al peor priismo de los años 70.

Los que presenciamos la sesión de Cabildo asistimos sorprendidos a la escena donde el cachorro no tuvo ningún rubor en encarnar esa vieja frase que, en su momento, nos confirmó el país de caricatura que teníamos.

Esa vieja frase pronunciada por López Portillo —pecho hendido y soberbia infinita— cuando le increparon por la intromisión de su hijo, su muchacho, su cachorro en los temas oficiales.

Es, respondió el locuaz presidente, “el orgullo de mi nepotismo”.

En San Andrés Cholula, los Xicale lo hicieron de nuevo.

Nos demostraron, una vez más, que las instituciones no tienen sentido si no están rendidas a los pies de un hombre.

Si no están al servicio del tata priista.

Ver para creer: Josué Xicale, síndico municipal de San Andrés Cholula, decidió pasar por el rictus quevediano del miedo para tomar el micrófono y utilizar su investidura para defender a una persona: su papá.

Un sujeto llamado Adán Xicale Huitle.

Un activista atrapado en el resentimiento.

Un cacique caído en desgracia.

Un hombre que cree firmemente que el Ayuntamiento le pertenece por el simple hecho de ser él.

Un padre de familia que usó a su hijo para dar un salto cuántico al pasado y reeditar, muy a su estilo, ese viejo orgullo del nepotismo.

Ese pasado priista en donde la autoridad está al servicio de un particular, de la familia, de los amigos.

Esa vieja, pedestre y detestable forma de atacar, con el más enraizado estilo priista, a la antigua amiga, a la compañera de lucha, a la mujer que Adán cree que le debe todo.

Incluso, la indigna sumisión.

***

Josué Xicale llegó al cargo de síndico municipal porque era parte de un proyecto político.

Karina Pérez Popoca lo sabía y aceptarlo como compañero de fórmula, era la muestra de lealtad y suma de fuerzas para alcanzar el poder y cambiar todo contra lo que siempre lucharon: el autoritarismo, las autoridades antidemocráticas, el gen priista de la política cuatachona y al servicio de un hombre, de una familia, de un cacique.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que la realidad revelara el alma de los diferentes integrantes de ese proyecto político.

Karina, por ejemplo, demostró en muy poco tiempo que sabía ser autoridad y aunque su corazón estuviera rebosante de activismo, tenía que gobernar para todos. Sin filias ni fobias. Se lo debía a ella misma, a sus compañeros y, sobre todo, a su pueblo.

Adán, por el contrario, aprovechó la curva de aprendizaje de su amiga para apoderarse de la estructura de su gobierno.

Una empleada de una institución de educación superior particular fue impuesta en la Secretaría de Desarrollo Humano. Esa empleada de segundo nivel en la Udlap era ni más ni menos que la esposa del amigo.

A la par, vino la creación de un consejo de notables que no era otra cosa que un organismo metaconstitucional que Adán puso en marcha para influir en cada una de la toma de decisiones de la alcaldesa.

No había decisión que Xicale no exigiera que primero pasara por el tamiz de su opinión disfrazada de discusión colegiada.

Karina Pérez veía sorprendida los movimientos de su amigo, pero el voto de confianza siempre estuvo a favor de Adán.

“No es capaz de hacer lo mismo contra lo que siempre luchamos”, confió en alguna ocasión a uno de sus funcionarios que le externó su preocupación por las andanzas de Xicale.

Sin embargo, las decisiones del aliado trajeron un alto costo.

Primera bajeza: operar a placer y dejar que la compañera de lucha pague los platos rotos.

Adán siguió en la misma ruta.

El Ayuntamiento es nuestro, se lo decía en intimidad a sus incondicionales.

Con el control seguro de la nómina de gobierno, Adán dio el segundo golpe que le costó la desgracia: la esposa iría a operar los programas sociales.

El priista Xicale tenía, así pues, el control de la estructura municipal y los recursos, vía la Secretaría de Bienestar municipal, a su disposición.

El proyecto, entonces, se supo que no era contra lo que el grupo luchó por años.

El proyecto era Adán Xicale.

Un proyecto en el que no cabía la antigua compañera de batallas.

O, bueno sí, pero el costo a pagar era la sumisión al cacique.

Para sorpresa de la familia Xicale y su séquito de rémoras, Karina Pérez Popoca hizo lo que una mujer con dignidad y de izquierda haría: meter orden y desterrar el cáncer.

La presidenta municipal dio el salto político y de dignidad para aterrizar el proyecto por el que siempre luchó.

Adán Xicale actuó como lo que era: el enemigo evidente de Karina Pérez, pero ahora con una grave condición: el resentimiento como eje de su venganza.

***

Ocho minutos y 21 segundos fueron suficientes para que Josué Xicale hiciera el ridículo.

Cito artículos de la Ley Orgánica Municipal, hizo un extrañamiento a la alcaldesa, le pidió cumplir con la ley y presentó un punto de acuerdo.

¿El motivo?

Palabras más, palabras menos se resumió en estas ideas:

Yo soy el síndico, no me puede decir lo que tengo que hacer y, menos, cancelar reuniones en donde iba a participar mi papá.

No soy su empleado.

Ya sabemos que dio la instrucción para no dejar entrar al palacio municipal a mi papá lo cual viola sus derechos humanos.

Soy el representante legal del pueblo…

Bla, bla, bla.

Artículo 100, fracción V, de la LOM.

Uno de los argumentos utilizados por el cachorro de los Xicale para justificar su actuación en el Cabildo, dice textual: “(Es facultad del síndico) promover ante las autoridades municipales, cuanto estimare propio y conducente en beneficio de la colectividad”.

“Beneficio de la colectividad”.

El dicho del síndico se basó, sustancialmente, en que el secretario particular le dijo que la presidenta le ordenó cancelar una reunión que iba a sostener con autoridades estatales porque en el encuentro iba a participar el progenitor, es decir, el tata priista.

Luego, el síndico dijo que le dijeron que la presidenta dijo que ya había dado instrucciones para que no dejaran entrar a su papá al palacio municipal.

¿Y el beneficio de la colectividad?

¿Adán Xicale es la colectividad?

Karina Pérez también se preguntó lo mismo. Y reviró en la sesión de Cabildo al síndico: ¿En calidad de qué asistía Adán Xicale a una reunión donde se iban a exponer temas oficiales que competen sólo a la autoridad?

La respuesta de Josué-Adán Xicale fue la evasión total, acompañada del golpe bajo: incluir al esposo de la alcaldesa en la fuga de información a particulares.

Lo que Josué-Adán no esperaba era que la propia Karina Pérez le dejara en claro cuatro cosas: que el extrañamiento era un acto político-electoral y no jurídico; que todo el grupo político que en 2018 luchó desde Morena por la presidencia sabe lo que está detrás de esa acción; que el Cabildo no era la instancia para dirimir esos temas y, que si quería debatir temas de tipo político y personal, lo esperaba en su oficina.

La mueca intentando fingir risa, fue la respuesta del cachorro.

***

¿Qué ocurrió en realidad en la sesión de Cabildo?

La respuesta es sencilla y tiene que ver con una fotografía publicada en las redes sociales de la alcaldesa, el sábado 5 de diciembre pasado. ¿Quiénes aparecen? La presidenta municipal; el subsecretario de Infraestructura estatal, Mario Carrillo; el secretario de Gobernación municipal, Sergio Mirón; y uno de los operadores de lujo de Morena a nivel nacional, Agustín Guerrero.

El mensaje estaba a la luz de todos. Era la imagen del cónclave que dejaba en claro al dream team cholulteca de Morena que peleará la elección intermedia en el siguiente orden: la reelección, la diputación federal, una curul en el Congreso local y el encargado de orquestar todo.

Se confirmó una cosa: Adán Xicale es el candidato que nunca fue… ni será.

***

El encontronazo en el Cabildo cholulteca prendió los focos rojos. No por preocupación ni temor, sino porque se confirmó el nivel de bajeza que la familia Xicale utilizará para atacar a la antigua aliada.

En el escritorio de Karina Pérez Popoca descansa un informe de inteligencia que traza la hoja de ruta que seguirá el tata priista para impedir el triunfo cantado de su examiga: guerra de lodo, guerra de lodo y más guerra de lodo.

¿Temas? La familia de la alcaldesa, en particular el esposo; vincularla sentimentalmente con varios funcionarios municipales; crear falsos rumores sobre su vida personal, privadísima; y demás balandronadas.

***

Para ser un buen enemigo hay que tener nivel.

Adán Xicale ya demostró que no lo tiene.

Al igual que el orgullo de su nepotismo, una acción dejó a la luz su torpeza.

Mientras la discusión se desarrollaba en el Cabildo, el tata priista y su séquito de resentidos no dieron tregua en atacar a la alcaldesa en la sección de comentarios de la transmisión que se realizó a través de redes sociales.

“La presidenta se contradice, hace campaña como presidenta y no como simple ciudadana” (sic), escribió Adán desde su cuenta de Facebook.

Y, agregó más adelante: “Todo lo que menciona es su obligación, no un acto bondadoso” (sic).

Para no dejar dudas de la acción concertada por Josué-Adán y el papá, también apareció otro de los alfiles: Axis Francisco Xicale.

“Es claramente que estas cegada y atada de manos” (sic), le contestó a una mujer que ofrecía su respaldo a la alcaldesa. Un amigo y seguidor de Axis entró al juego y jocoso le escribió: “Ya mejor vamos por unas cheves”. “Orale va, para este susto, jajaja”, festejó a manera de respuesta.

El culmen de Axis vino una vez que de la boca de Karina Pérez saliera el nombre de Sonia, la empleada de segundo nivel.

“Que falta de respeto, ética y moral, siendo una servidora pública y como ella lo a mencionado, sigue siendo luchadora social. Que desconozca e imponga su ley” (sic).

Lo que Axis no dijo es que, al igual que todos los alfiles sembrados por el tata priista, fue dado de baja de la Comuna.

Después se supo que la celada de AdánJosué-Axis Xicale en lugar de despertar respaldo al interior de los núcleos duros de Morena y otros en el Ayuntamiento, llamó a una reflexión más profunda: la familia trabaja y se benefician del gobierno municipal, golpean con argumentos muy bajos a la presidenta.

Cualquiera en su lugar renunciaría a cualquier cargo por dignidad para, ahora sí, enfrentar a la oponente al mismo nivel.

Si tan en contra están de Karina Pérez, ¿por qué siguen laborando con ella?

***

Adán Xicale sabe que hay cuentas pendientes del pasado.

Por ejemplo, cuando dio la espalda a otros luchadores sociales encarcelados por el hoy finado Rafael Moreno Valle.

La historia es la siguiente: la Unión Popular de Vendedores Ambulantes “28 de Octubre” buscaba una alianza de todos los encarcelados para presionar al gobierno de José Antonio Gali a fin de liberarlos. Sabía que unidos podían lograr su objetivo. El acuerdo era ir todos juntos.

Pero la realidad fue muy diferente.

Mientras afuera de la cárcel de San Pedro Cholula festejaban la liberación de Adán, en los mercados de la agrupación veían con desconcierto la traición del sanandreseño.

En el gobierno del estado hay un rumor que crece día a día.

El propio Adán, con sus acciones, ha sido el responsable de alimentarlo.

Y es que en los hechos se convirtió en el enemigo del barbosismo que apoya la reelección de Karina Pérez.

¿A cambio de qué el morenogalicismo decidió dejar libre a quien un año después traicionaría a su compañera de lucha?

¿A cambio de qué?

La pregunta sigue rondando en los oídos de la persona con la que no se juega.


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HG/CR

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