Cuando lees la palabra “sensualidad”, ¿qué piensas?, ¿qué ideas llegan a tu mente?, ¿qué juicios?
Sensualidad es una palabra que, por lo general, va ligada al sexo femenino… y no muchas veces, en el mejor de los contextos.
Por un lado, vivimos en una sociedad que reclama mujeres sensuales, pero, por otro lado, las “madres” no se deben beneficiar de ella.
Las mujeres “debemos” sentirnos deseadas por los hombres, pero cuidarnos de no despertar sus instintos abusivos.
Como mujeres “tenemos” que conservarnos para ser más atractivas, pero con límites para no ser sugerentes.
Es “necesario” que las mujeres exploremos nuestro lado sensual, pero no explotarlo pues no queremos caer en términos de prostitución.
Como mujeres “tenemos” que vigilar lo que comemos para seguir siendo deseadas, debemos de estar atentas a lo que pensamos para no ser pecaminosas; cuidar nuestras palabras, actos y deseos para ser respetadas.
Como mujeres tenemos que saber qué decir, en qué momento y con quien. La discreción es una “cualidad”, pero al mismo tiempo hay que aprender a sobresalir entre las demás.
Las mujeres podemos reírnos, sobre todo de los chistes del sexo opuesto, pero no a carcajadas porque te tacharán como mujer de poca educación.
La sensualidad es un arma que “debemos” saber utilizar, pero de manera muy reservada porque no queremos parecer una “cualquiera” (lo que sea que eso signifique en esta sociedad machista).
A las mujeres esta cultura “nos otorga” la sensualidad, sin darnos cuenta de que es innata a nuestra naturaleza.
El sexo opuesto nos dice qué hacer con ella, cómo comportarnos, cuándo expresarla y con quien callarla.
Nos la arrebatan, nos dicen cómo manejarla, cómo interpretarla y hasta cómo vivirla.
También, este mundo nos enseña a cómo desconectarla, cómo hacerla ajena y cómo solo usarla para fines y objetivos de alguien más.
No la incorporamos dentro de nuestra esencia pues no queremos ser “mal vistas”, ni abusar. Así que la desterramos como algo prohibido, mal visto e impuro.
Y, aun así, no hemos caído en la cuenta de que la sensualidad la respira nuestro cuerpo… que tiene un lenguaje ligero, que invita a vivirnos en la creatividad plena, sin etiquetas de vergüenza.
La sensualidad es la liviandad con la que quiere vivir nuestro cuerpo, con la que quiere conducirse nuestra esencia, la que nuestro ego, invadido por prejuicios, libera de etiquetas impuestas.
Así que si eres mujer dime, ¿qué es la sensualidad para ti?, ¿cómo la vives?, ¿cómo es para ti sentirte ligera, aceptada por ti misma y no juzgada? Y si eres hombre, ¿qué significado le das?