«La política en México sólo conjuga un verbo: madrugar»
Martín Luis Guzmán
La mañana de este 4 de septiembre, por 357 votos a favor y 130 en contra, la Cámara de Diputados aprobó en lo general la reforma constitucional al Poder Judicial de la Federación. Por más de 24 horas, gracias al madruguete de estudiantes y trabajadores de la judicatura, los diputados fueron forzados a vivir en la Unidad Deportiva Magdalena Mixhuca, para ser precisos en un bodegón polvoriento que elevaron a tribuna legislativa a favor de “la causa”: aprobar el dictamen sin quitarle una sola coma a la voluntad presidencial.
Una vez conseguido su objetivo, el júbilo invadió los corazones de los obradoristas al hacer realidad el orgasmo de un sólo hombre: vengarse de todos aquellos que se valieron de una toga para frenar, en nombre de la Constitución, los propósitos más anhelados de la Cuarta Transformación.
La tarde de este miércoles la minuta de los diputados fue recibida en el Senado de la República pero Fernández Noroña, previendo más movilizaciones de estudiantes y trabajadores, en sesión ordinaria -a diferencia de la mudanza de San Lázaro– y como lo exige el orden interno de la cámara, sometió a votación el cambio de sede, comunicándose con antelación a la asamblea. ¿Quién dijo que el senador “Chango-león” no ha resultado un experto en procedimiento legislativo?
Aunque la resistencia y el sabotaje del judicial y de los estudiantes se intensificará en los próximo días, lo que sigue será mero trámite. Antes del 15 de septiembre el Diario Oficial de la Federación edificará una guillotina que haría palidecer al mismísimo Robespierre, al intentar cortarles las cabezas a jueces y magistrados por mandato del único hombre que “encarna al pueblo y a la nación”: Andrés Manuel López Obrador.
Y sin embargo el holocausto aún no está consumado, en principio porque Morena mordió el anzuelo. El propósito de la resistencia judicial, tomando el Palacio Legislativo de San Lázaro por la madrugada, era evitar que Ricardo Monreal tomara la misma precaución que Noroña en el Senado de la República, es decir cumplir con el orden interno de la cámara para validar, en sesión ordinaria, el cambio de sede.
Increíblemente un “catedrático” de la UNAM cayó en la trampa, por “lealtad ciega” o porque desea a toda costa que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirme la nulidad de la elección en la alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México; cualesquiera que hayan sido los motivos, forzó a los diputados a violar el procedimiento legislativo abriéndole la puerta al control de constitucionalidad a la Suprema Corte de Justicia, que irremediablemente terminará invalidando lo votado en Magdalena Mixhuca, sin necesidad de meterse con el contenido de la reforma.
En fin, disfruten lo votado, mientras les dure señores diputados.