NEGLIGENCIA, CORRUPCIÓN E INCOMPETENCIA•Esta parece una historia sacada de una novela de Jorge Ibargüengoitia. La trama: dos criminales entran en pugna por el control de más de 40 calles de una zona que vale oro por la oportunidad de hacer negocios ilegales. Los delincuentes se enfrentan sin tapujos, detonan armas, se pelean, se empujan, se denuncian. Todas las escenas ocurren frente a las narices de las autoridades que eran unos improvisados, sin preparación en la administración pública y arriban al cargo debido a un golpe de suerte. El día que ganaron ni ellos mismos lo creían. Las autoridades, como era de esperarse, no saben qué hacer ante la disputa de los dos criminales porque el problema es demasiado complejo y difícil de resolver. Entonces, optan por lo que creen es la mejor solución: esconder la cabeza. Esa trama tristemente es la historia del Ayuntamiento de Puebla, presidido por Claudia Rivera Vivanco, no sabe, no puede y es incapaz de hacer algo ante la disputa por las calles del Centro Histórico entre dos auténticas fichitas criminales disfrazados de líderes ambulantes. Y todavía nos falta un año de gestión del peor gobierno municipal del que se tenga memoria.
DIGNOS RECONOCIMIENTOS
•El Consejo Coordinador Empresarial, encabezado por Ignacio Alarcón, mejor conocido como Taico, y otros hombres de negocios llevaron a cabo la séptima edición de “Puebla Agradece”, una iniciativa orientada a reconocer el trabajo de policías, militares y servidores públicos en la entidad poblana.
Este año, el reconocimiento se extendió al Ejército blanco, es decir, a todo el personal de salud que ha estado en la primera línea de la batalla contra el Covid-19. Los empresarios entregaron preseas a 44 elementos de las policías estatal y municipal de Puebla, San Andrés Cholula, San Pedro Cholula, Coronango, Cuautlancingo, Atlixco y Teziutlán, así como a miembros de la Fiscalía General del Estado, del Tribunal Superior del Estado, de la Guardia Nacional y del Ejército mexicano. Las categorías fueron al valor, al honor, al compromiso, al heroísmo, a la honradez, a la disciplina, a la lealtad, a la cooperación, a la trayectoria, al profesionalismo y a la creatividad. Enhorabuena por esta magnífica iniciativa.
DESBORDANTE CORRUPCIÓN
•Hoy en día todas las instalaciones de los juzgados y de las salas del Tribunal Superior de Justicia están inundadas de propaganda antisoborno como una estrategia de las cabezas para garantizar su continuidad. Sin embargo, la realidad es muy diferente en las oficinas del Poder Judicial. Por ejemplo, Armando Pérez Acevedo, titular del juzgado Cuarto de lo Civil hace y deshace en favor de sus intereses. Enrique Zepeda Camacho, de Atlixco, prefiere las actividades extrajudiciales y bacanales. Y qué decir de Alba María Romano, jueza Décimo de lo Civil que, en contubernio con despachos de cobranzas, ya encontró la gallina de los huevos de oro en las actuaciones y la emisión de constancias. De este último caso ya hay denuncias por una posible falsificación y se espera que el Consejo de la Judicatura local la remueva muy pronto de su cargo. Vamos a ver si la política antisoborno es real y no una promesa hueca para ganar en la coyuntura.
OTRA DE LA PICARESCA POBLANA
•Se imagina que su jefe le condicionara el pago de su salario a que lave los baños de la compañía pese a que ese no es su trabajo. Pues esa fue la actitud que asumió el edil de San Antonio Cañada, Bernardino Aquino Belendez, quien incurrió en una violación a los derechos políticos-electorales de la regidora Amanda Borbolla, a quien le retuvo el pago de su salario desde el junio del año pasado. En una actitud propia de un Varguitas, Aquino no tuvo empacho en condicionar el pago a que la regidora lavara los baños del Palacio Municipal, un acto que puede calificarse de auténtica violencia política por razón de género. Para fortuna de la regidora, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ya tomó cartas en el asunto y le dio un buen palo al
alcalde, a quien obligó a pagar inmediatamente el sueldo de la integrante del Cabildo, así como dotarla de un espacio digno de trabajo. Por cierto, en este penoso caso estuvo involucrado el Cabildo de Cañada que defenestró, sin ninguna razón, a Borbolla.