Un encuentro que terminó en un debate ríspido en el programa de Atypical, de Carlos Alazraki, entre Javier Lozano y el aún dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, resultó el detonador de la crisis que estaba contenida tras los estrepitosos resultados de la elección del 2 de junio.
A toro pasado, Cortés culpó a Genaro García Luna como uno de los responsables de la debacle de la campaña, mientras que su interlocutor exigió a su estilo defender a un hombre que participó en un gobierno de Acción Nacional.
A este encuentro siguió una publicación en la red social X, en donde el ex presidente Felipe Calderón se lanzó con todo contra el dirigente del blanquiazul, quien por cierto ya aseguró su ingreso al Congreso de la Unión.
“Uno de los mejores tribunos del @AcciónNacional, @JTrianaT, quedó fuera del Congreso al no incluirlo en sus listas plurinominales. Eso sí, sí quedó uno de sus peores oradores @MarkoCortes, el actual presidente del PAN y el que más daño le ha hecho en la historia a ese partido, además de su asistente, y otros de su camarilla”, propinó Calderón sin miramientos.
Y la respuesta de Cortés no se dejó esperar y de ahí para adelante, el panismo está hecho un manojo de nervios por la división que se avecina.
“.@FelipeCalderon, explícanos por qué la peor caída de votación para @AccionNacional en la historia fue cuando fuiste presidente, dejando a nuestra candidata en tercer lugar. Aprovecho también para pedirte que nos expliques qué pasó con García Luna, porque sin tener ninguna responsabilidad, al PAN eso le provocó un enorme daño en la campaña, ¿tú no te enterabas de lo que pasaba en tu gobierno o lo consentías?”
No es que el partido estuviera entero hasta antes de estos dos desencuentros, pero sí agudizó la crisis política porque comienzan a fracturarse el panismo y a tomar bandos, entre el grupo de Marko Cortés y el del ex presidente Calderón.
Y así de a poco, no hay otro camino para el blanquiazul que perderse en una confrontación por el liderazgo y por el control político del partido.
De pronto, aunque no lo vean así, es mejor el rompimiento y el conflicto a que permanezcan en unidad simulada, esa unidad que no le representó ningún buen resultado a la derecha en la reciente contienda electoral.
¿Cuánto beneficio obtendrá de la ruptura y una eventual recomposición política? Eso sólo lo pueden descubrir las y los panistas que están llamados hoy a pedir cuentas y en su caso a ofrecerlas.
Insisto en que lo peor que le puede pasar a Acción Nacional es que todo siga como estaba y caminen a una renovación de dirigencia que termine una vez más en reparto de posiciones.
Ahora bien, esta lucha se prolongará durante los siguientes tres o cuatro meses y de lo que resulte se verá el tono y ritmo de la derecha mexicana para desempeñarse como oposición en el gobierno de Claudia Sheinbaum.
Ahí está la apuesta, lo malo es que después del pleito no sepan qué hacer con los pedazos.
CAJA NEGRA
En el PAN poblano la crisis ya reventó, pero aún no toma este tipo de matices y por lo pronto sólo ha dejado como resultado que varios perfiles levanten la mano para asumir la presidencia del comité Directivo Estatal.
El problema es que la oposición dentro del panismo se ha visto lenta, poco articulada y sin una estrategia clara para asumir el control de dos órganos de alta relevancia: el Consejo Estatal y la Comisión Permanente.
Y conforme pase el tiempo y no haya una forma clara para hacerse de esos órganos del partido, al menos en el caso de Puebla el grupo de Eduardo Rivera Pérez conservará el poder del blanquiazul.