En días recientes y en el marco de la inauguración de la refinería Olmeca, también conocida como Dos Bocas, el gobernador electo Alejandro Armenta se pronunció acerca del desarrollo del sector energético como factor clave para el desarrollo del estado de Puebla.
Al respecto, señaló que las inversiones en esta materia podrían ir enfocadas en la industria petroquímica y en la explotación de yacimientos de litio debido a que Puebla es el segundo estado con mayor cantidad de yacimientos de este metal con 12, solo por detrás de Sonora que cuenta con 13, dentro de las cuales se encuentra el yacimiento de litio más grande del mundo descubierto hasta ahora.
Pero en la práctica, ¿qué significa todo esto para el estado de Puebla? Ante las declaraciones del gobernador electo surgen varias dudas. En primer lugar, ¿qué es el litio? El litio, también llamado oro blanco, es un metal ligero, alcalino y dúctil que existe de forma natural en yacimientos. En las últimas dos décadas se ha convertido en un mineral de gran importancia a nivel mundial debido a sus múltiples aplicaciones como por ejemplo en la fabricación de cerámica, vidrio, lubricantes e incluso para medicamentos. Sin embargo, su uso más extendido por mucho es en la fabricación de baterías recargables.
Hoy en día, y tras la proliferación de los dispositivos móviles como celulares inteligentes o tabletas, el litio se puede encontrar en la mayoría de estos dispositivos; no obstante, la industria que más demanda dicho metal es la creciente fabricación de autos eléctricos por la alta demanda de baterías que retengan una gran capacidad de carga a un costo competitivo, una cualidad que por el momento solo el litio puede proporcionar.
De acuerdo con Rogelio Bustamante, investigador del Tecnológico de Monterrey, para dar una idea si un auto eléctrico funcionara con baterías convencionales de plomo éste podría recorrer unos 200 kilómetros antes de tener que recargar, mientras que con las baterías de litio el mismo auto podría recorrer hasta 600 kilómetros.
También cabe resaltar que no todo es positivo, las baterías de litio presentan un riesgo de incendio o explosión ante la sobrecarga o si se dañan, un riesgo muy latente si se encuentran en un accidente automovilístico.
Para el caso de Puebla la explotación del litio tiene varias implicaciones. En primer lugar, vale la pena mencionar por qué es importante la existencia de yacimientos de litio en el estado. Al respecto, la investigadora Aleida Azamar asegura que en el periodo que comprenden los años 2018 a 2030, la demanda del litio en el mundo se multiplicará ocho veces. Es decir que para el año 2030 la demanda mundial será de 2 millones de toneladas al año, lo que pone en riesgo la viabilidad de las reservas conocidas de este mineral. Esto, sumado al potencial que tiene Puebla y México para proveer dicho recurso, representan una muy buena oportunidad para buscar el liderazgo en la explotación del preciado mineral.
Sin embargo, un aspecto fundamental que no se debe perder de vista son las inquietudes de los pobladores de las 12 zonas que esperan de forma razonable que el aprovechamiento del mineral sea benéfico para ellos.
Un claro ejemplo es el de la comunidad de San Pedro Ocotlán en el municipio de Chila de la Sal, una comunidad de mil 317 habitantes de los cuales el 63.4 por ciento viven en situación de pobreza de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
El gobernador electo ha comentado que los pobladores están considerados en la ley, dentro del apartado que corresponde a capital social, y la idea es incorpóralos a la explotación como empresarios y mineros. Del mismo modo, señaló de manera general que verificará posibles yacimientos de litio, regulará la inversión privada nacional y extranjera para su explotación.
Esto último es relevante debido a que las reformas a la ley minera aprobadas el 18 de abril de 2022 establecen que la empresa del Estado mexicano se hará cargo de la exploración, explotación, beneficio y aprovechamiento del litio respetando los derechos de los pueblos originarios, lo que en palabras del presidente Andrés Manuel López Obrador es una nacionalización del litio para evitar la intromisión de empresas extranjeras.
No obstante, el pasado 16 de febrero el gobernador electo interpuso una denuncia ante el ministerio público en contra de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) por haber autorizado la concesión de litio a empresas de origen canadiense y chino.
Por el momento, mientras nos encontramos al final del periodo de los gobiernos salientes solo queda esperar que los gobiernos entrantes en sus distintos niveles sean federal, estatal o municipal, tengan la voluntad, la disposición y la capacidad de coordinar un plan de exploración, explotación y comercialización del litio mexicano que beneficie a todos empezando por los habitantes de las zonas con yacimientos y así evitar que el grueso de los recursos obtenidos terminen en manos de empresas extranjeras como ha pasado en la explotación de otros minerales.