Peugeot Rifter 2024 disfruta trabajar en equipo

A principios de la década de los 50, el poeta chileno Pablo Neruda escribió un poema que perfectamente podría comenzar a describir a la renovada Rifter: “Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras. Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina”.

Y es que dentro del segmento de los pequeños monovolúmenes de tres filas de asientos que se comercializan en nuestro mercado, donde participan rivales como la Suzuki Ertiga XL7, Toyota Avanza, Mitsubishi Xpander y la Honda BR-V, lo cierto es que la Peugeot Rifter es el referente.

No es de las más accesibles, pero sí la que mejor relación costo beneficio ofrece por calidad de manufactura, comodidad, espacio, calidad de marcha, eficiencia en el consumo de combustible, tecnología, equipamiento, seguridad y un largo etcétera, que la posicionan como la reina, sobre todo ahora que se ha renovado.

Por fuera, la Rifter ahora presume de retoques estéticos concentrados esencialmente en la parte frontal, donde los elementos anteriores están presentes, como las entradas de aire, parrilla, luces de niebla y faros, aunque con nuevas geometrías que le dan un aspecto muy moderno, acorde con el reciente lenguaje de diseño de la firma francesa, un concepto que se ve reforzado por los nuevos trazos de la fascia.

La parrilla es cerrada, dejando la responsabilidad de permitir el flujo de aire para refrigerar el motor a las entradas inferiores, y al centro presume del nuevo logo de la marca, escoltado por nuevos faros principales, cuyas luces diurnas LED evocan las garras del león, un sello característico en los vehículos de Peugeot.

Salvo por el nuevo diseño de los rines de aleación de 16 pulgadas y la nueva tipografía de los emblemas de la parte trasera, lo demás se mantiene prácticamente igual. En el interior sucede algo similar, pues los cambios se enfocaron en la consola central, donde la perilla para manipular la transmisión fue reemplazada por un interruptor, mientras que la segunda perilla que permitía elegir los modos de manejo cambió a favor de un una botonera; se agregaron dos puertos USB-C, muy prácticos y muy a la mano.

También es nuevo el cuadro de instrumentos digital de 10 pulgadas, así como el volante. Por lo demás, seguimos disfrutando de asientos forrados en tela, muy cómodos, tres filas de asientos reales, aire acondicionado automático de dos zonas y, por supuesto, componentes como la nueva pantalla flotante de 10 pulgadas del sistema de infoentretenimiento, con conectividad Apple CarPlay y Android Auto, orientada hacia el conductor.

A esto se suma una posición de manejo que solo Peugeot ofrece en sus vehículos, ligeramente más elevada, y con una sensación de control del vehículo absoluta, pues el diámetro reducido del volante y la ubicación baja del panel de instrumentos crean una habitabilidad única para el conductor. Los primeros kilómetros a bordo de la Rifter los hicimos en dirección a Yautepec, en Morelos, sobre la autopista México-Cuernavaca, pues nuestra misión de ese fin de semana consistió en apoyar al traslado del grupo musical de la iglesia local y sus instrumentos, a un evento.

Con seis plazas ocupadas y el peso extra que suponen dos guitarras, guitarrón, teclado, un par de violines, atriles, amplificadores y un perro, lo cierto es que en ningún momento percibimos pérdida de potencia o alguna respuesta lenta al toque del acelerador. Si bien la Rifter se ofrece con dos mecánicas, una que describe un motor de cuatro cilindros 1.6 litros turbodiesel de 90 caballos de fuerza, acoplado a una transmisión manual de cinco velocidades, lo cierto es que el tres cilindros de 1.2 litros turbocargado que equipaba la versión Allure Pack que tuvimos a prueba nunca quedó a deber.

Es más, quedamos gratamente sorprendidos por todo ese ímpetu que lo caracteriza y que despliegan los 130 hp que produce y por las 169 libras-pie de torque que aparecen desde muy abajo del cuentarrevoluciones, lo que se tradujo en velocidades constantes en carretera de 120 km/h a unas descansadas 3,000 rpm y maniobras de rebase con mucha confianza.

Pero no toda la magia está ligada directamente a propulsor, pues la transmisión automática a la que está acoplado es la que le da el carácter al bloque de tres cilindros, ya sea uno afilado cuando se demanda mayor potencia o en uno muy pacifico cuando el ritmo de manejo es tranquilo en velocidades de crucero.

Otra de las fortalezas de la Rifter está en su capacidad para modificar el habitáculo y adaptarlo a las diferentes necesidades de movilidad. Por ejemplo, cuenta con una puerta corrediza de cada lado de la carrocería, lo que facilita ingresar con mayor facilidad a la cabina, o acomodar cosas cuando no se llevan pasajeros a bordo. Pero también está la posibilidad de plegar la segunda fila de asientos y retirar la tercera fila para incrementar el espacio de carga, hasta en 4 mil litros.

Lo anterior lo hace un vehículo familiar perfecto para el día a día, llevar a los niños o adolescentes a la escuela o sus entrenamientos, pero también para aquellas familias que tienen un negocio y que eventualmente necesitan trasladar mercancías o cualquier otro tipo de objetos.

En términos de seguridad, la renovada Rifter ofrece seis bolsas de aire, control de tracción y estabilidad, frenos ABS, anclajes ISOFIX para sillas infantiles, así como asistentes de arranque en pendientes y frenado de emergencia, entre otros elementos. Está disponible en nuestro mercado en tres versiones: Active a diesel ($419,900) Allure Pack a diesel ($451,900) y Allure pack con motor a gasolina ($481,900).