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No te dejes sorprender

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Columnas jueves 20 de enero de 2022 - 23:32

Por presupuesto o porque piensas que se trata de una gran oportunidad, comprar un auto usado puede ser una buena opción, pero implica riesgos, y más cuando la transacción se hace con una persona que no conoces, pues el auto y el dueño pueden ocultar algún daño mayor que a la larga se traducirá en un costo de reparación que tú asumirás, los cuales pueden ser realmente costosos, como una transmisión dañada o alguna fuga de aceite del motor disfrazada.

Por ello es importante realizar una revisión profunda del auto en cuestión antes de cerrar el trato, ya sea que te acompañe algún mecánico de confianza o la hagas tú mismo, esto para estar seguros de que todo marcha bien y de que el desgaste del vehículo es el normal, de acuerdo con el año, modelo y kilometraje recorrido.

Comencemos con el exterior. Estaciona el coche en una superficie plana y realiza una inspección visual a todo el auto, de esta forma podrás detectar si está desalineado o descuadrado como consecuencia de un fuerte impacto.

Revisa que la pintura no tenga manchas de óxido, abolladuras o rayones y que la carrocería no tenga rastros de corrosión; el auto debe estar limpio para que la inspección sea eficaz. Verifica que las puertas, cajuela y cofre abran y cierren con facilidad, esto demostrará que están bien alineadas y que no sufrieron un golpe.

Checa que todas las luces funcionan correctamente: bajas, altas, intermitentes, faros de niebla, luces de freno, tercera luz de freno y luz de reversa, y que no presenten humedad en el interior.

Observa que los neumáticos tengan un desgaste parejo en la superficie y que no tengan protuberancias, pues este desperfecto puede ser causado por componentes desgastados de la dirección y la suspensión o daños en el chasis, lo que afectará el rendimiento del vehículo.

Asómate por debajo del auto para verificar que los amortiguadores no tengan fugas de aceite, que el motor no tenga pérdidas de lubricante y que tampoco haya fugas en el radiador o algún otro componente del sistema de refrigeración.

No pases por alto revisar toda la parte baja del vehículo. Entrar a exceso de velocidad por topes y reductores de velocidad produce rozaduras en estas zonas y puede ser una señal evidente de un uso poco cuidadoso del auto.
Elementos como la suspensión delantera pudieron sufrir más de la cuenta. También pueden evidenciar poco cuidado a la hora de estacionarlo.

Bajo el cofre. Examina las mangueras y bandas para detectar daños. No deben existir grietas ni indicios evidentes de desgaste, por ejemplo, partes deshilachadas o decoloradas. Pon mucha atención en el estado de la banda de distribución, ya que su reemplazo puede ser costoso. Las mangueras del radiador no deben estar blandas al presionarlas.

Revisa el motor para detectar fugas y corrosión. En el bloque del motor, busca manchas de aceite. Este detalle indicará la existencia de una fuga en una junta y posiblemente podría acarrear una reparación costosa en el futuro. Verifica el nivel del lubricante y su estado, no debe estar muy quemado. No compres un auto con fugas de aceite a menos que estés dispuesto a pagar la reparación.

Interior. Revisa los asientos y la tapicería para detectar roturas, rasgaduras, manchas u otros daños y asegúrate de que los asientos se puedan ajustar y sean funcionales. Enciende el aire acondicionado para asegurarte de que funcione. Revisa el odómetro del auto para conocer el kilometraje.

Esto es importante, ya que indica la antigüedad del vehículo. Si un automóvil tiene 10 años de antigüedad y un kilometraje muy bajo, no significa necesariamente que el vehículo se encuentre en buenas condiciones. Verifica que ningún testigo de advertencia de falla en el tablero permanezca encendido tras poner en marcha el motor.

Prueba de manejo. Ésta es quizás una de las mejores formas de conocer el estado de un auto, por lo tanto, el comprador debe hacer todo lo posible para realizarla antes de tomar una decisión. Puedes circular por una vialidad con baches: si notas que las ruedas rebotan demasiado, los amortiguadores ya no sirven. Verifica que los frenos no vibren, pues esto indica la necesidad de reemplazar los discos o tambores o que necesita balatas nuevas. El coche no debe desviarse al presionar los frenos. Esto puede ser causado por componentes de la dirección desgastados.

Si el auto es manual verifica que los cambios se hagan con facilidad y que el pedal del embrague no haga ruidos extraños al hundirlo, pues podría estar dañado. Finalmente detecta cualquier ruido ajeno, como fricciones, golpeteos, crujidos o zumbidos, pues estos indican piezas desgastadas o rodamientos en mal estado.

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/CR

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