Negligencia y corrupción municipal
Columnas
Olintla es una demarcación en la Sierra Norte de Puebla, alejada de la capital, del desarrollo económico y, al parecer, también de la vigilancia en la buena aplicación de los recursos públicos.
El pasado 17 de junio el alcalde, Abdi Ramírez pensó en celebrar el Día del Padre a lo grande y contrató un show de strippers para agasajar a la comunidad, en plena plaza pública.
Un poco pesa la falta de preparación de las autoridades municipales, otro poco la improvisación para el ejercicio del gobierno, pero hablamos principalmente de negligencia y corrupción.
No puede entenderse de otra manera que el presidente municipal, después de por lo menos dos cursos sobre el gasto público y auditoría, no conozca los alcances y repercusiones de erogar presupuesto sin justificación.
Es negligente porque el dinero del Ayuntamiento que utilizó para la contratación de las bailarinas pudo servir para cualquier otra necesidad de la gente.
Es corrupción porque en qué ley o reglamento existe un rubro para etiquetar recursos.
Si no es eso, por lo menos en deficiencia administrativa debido al uso de recursos para una actividad no considerada en la Ley de Ingresos para el municipio de Olintla correspondiente al 2025.
Ramírez supera la idea de “Varguitas” de la “Ley de Herodes”, actualmente recurrente para exhibir las prácticas impredecibles, increíblemente absurdas y desproporcionadas de una autoridad, particularmente municipal.
¿De qué forma esto no se tipifica como un acto de corrupción o daño administrativo? ¿A poco el alcalde tomó dinero de su bolsa y llevó el show a la plaza pública?
Hasta este punto ponemos énfasis al ejercicio del dinero público, tan necesario en una comunidad como la de Olintla.
Pero hay otra falla imperdonable de Obdi Ramírez en su festejo del Día del Padre.
En la entidad existe desde hace tiempo atrás una ley que busca procurar para las mujeres una vida libre de violencia. El festejo del presidente simplemente pasó por alto tal normatividad.
Primero, permitieron la presencia de menores de edad en el evento.
Segundo, persistió la cosificación de la mujer para disfrute de un grupo de hombres de la comunidad, morbo y perversión con cargo al erario.
Mientras, las esposas, hijas, hermanas y madres, en muchos casos, soportando micro violencias de género o violencias de género que en la Sierra Norte de Puebla persisten como prácticas válidas.
¿Qué ha dicho el Congreso del Estado? Queda pendiente, sin duda, un llamado de atención para la autoridad de parte de la representación popular.
Lo que es necesario es una revisión a fondo de parte de la Auditoría Superior del Estado (ASE) por el cinismo con el que se utilizan los recursos públicos, sólo para que la autoridad obtenga el aplauso fácil de sus gobernados.
Abdi Ramírez es el típico alcalde que aún piensa en la fórmula del siglo XX para ejercer un buen gobierno: pan y circo.
Los tiempos cambiaron y los políticos tendrían que entenderlo.
Los caciques, los autoritarios y los ignorantes no lo ven, aunque tope en su cara.
CAJA NEGRA
Olintla cuenta con una población de 11 mil 993 personas, el 100 por ciento es de tipo rural. De ese total, 3 mil 862 son menores de 14 años; 6 mil 685, corresponde a un grupo de edad de 15 a 64 años; y mil 446, de 65 años en adelante.
En una breve revisión diagnóstica, encontramos que 2 mil 664 son analfabetas. Toda la población enfrenta un muy alto grado de marginación y rezago social.
De acuerdo con la última medición de Coneval, 90 por ciento padecen condiciones de pobreza; 43.25 por ciento en pobreza moderada y 46.75 por ciento en pobreza extrema.
¿El presidente municipal no encontró más prudente atender alguna de estas condiciones en lugar de contratar un show de strippers?
No es menosprecio ni discriminación, pero esto es el resultado de postular perfiles sin preparación para gobernar.
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/CR
