María, o el peligro de criminalizar el aborto
Columnas
Inconsciente, tirada y desangrándose fue encontrada en Zapopan, Jalisco, una joven originaria de San Juan Tepulco, una comunidad de 10 mil 288 habitantes de los que 73.90 por ciento son indígenas, perteneciente al municipio de Acajete, Puebla.
María, nombre ficticio utilizado para proteger su identidad, fue trasladada alrededor de las 12 horas del lunes pasado al hospital San Pío, en Guadalajara, por la propietaria del departamento en el que comenzó a laborar como trabajadora del hogar 15 días antes de que fuera encontrada tirada en el piso del inmueble.
El lugar donde fue hallada es un edificio de lujo, en la zona élite de Cumbres Virreyes Zapopan. Hasta el miércoles su salud se mantenía estable.
El caso de María, en cuyo cuerpo fueron encontrados rastros de misoprostol, un medicamento abortivo, está relacionado con el cuerpo de un bebé que entre cobijas y en una bolsa negra fue encontrado en un contenedor de basura del mismo fraccionamiento Cumbres Virreyes.
El Código Penal de Jalisco aún considera el aborto voluntario como un delito y lo castiga hasta con un año de prisión si ocurre en los primeros cinco meses del embarazo; después de ese tiempo, la sentencia se duplica. Es posible, como en otros estados exigir, vía amparo, el acceso a un aborto.
El martes Juan José Frangie Saade, alcalde de Zapopan, dijo que en el caso de María «el reporte es que trabajaba en una casa, trabajo del hogar, y cuando llegó la dueña de la casa la encontró, fue trasladada primero al hospital y después fue acompañada por el DIF».
Dijo también que la situación legal de María, y de sus empleadores, está en manos de la Fiscalía Estatal de Jalisco.
Lo que aún se desconoce es en qué condiciones llegó María hasta Zapopan, en qué condiciones estaba trabajando, si sus empleadores se dieron o no cuenta de que, según las autoridades, tenía ocho meses de embarazo.
¿Tuvo acceso a la NOM-046-SSA2-2005. Violencia familiar, sexual y contra las mujeres? De no ser así algo está fallando no sólo en el sistema de salud sino la información que se requiere para evitar las condiciones de precariedad en las que se ve obligada trabajar una mujer en la etapa final de su embarazo.
Casos como el de María hacen necesario que de una vez por todas se legalice que la interrupción del embarazo sea una decisión de las mujeres, porque, de acuerdo con Amnistía Internacional, «impedir a las mujeres y las niñas el acceso al aborto no hace que dejen de necesitarlo. (…) los intentos de prohibir o restringir el aborto no consiguen reducir el número de abortos; lo que hacen es obligar a las personas a someterse a abortos inseguros.»
Entre los países de la OCDE, México es el que tiene más embarazos adolescentes: cerca de 340 mil anuales de niñas y adolescentes. El dato viene a cuento porque de María, en principio, las autoridades jaliscienses pensaron que era menor de edad.
Hoy, María está viva, pero la historia pudo ser otra, porque las leyes no garantizan ese derecho fundamental de las mujeres en Jalisco, donde desde hace dos años el Congreso tiene en la congeladora dos iniciativas de ley para despenalizar el aborto.
Al Margen
El periodista Ernesto Méndez fue asesinado la noche del martes en San Luis de la Paz, Guanajuato: se encontraba en un bar, junto con otras personas, cuando un grupo armado llegó y disparó matando a cuatro personas e hiriendo a dos más. Ernesto Méndez trabajó en el periódico Correo, uno de los dos más importantes de Guanajuato, y en el digital Zona Franca. Era director del medio Tu Voz. Con él, ya son 13 los periodistas asesinados en el país durante este año. Sí, es una profesión de riesgo.
* Periodista. Jefe de información de ContraRéplica Puebla.
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/CR
