El 11 de diciembre de 2023, México desconocía que un evento trágico estaba desencadenando una crisis irreversible en la organización criminal más poderosa del país. La muerte de María Consuelo Loera Pérez, madre de Joaquín "El Chapo" Guzmán, marcó el inicio de la desintegración del Cártel de Sinaloa, una estructura que por décadas había mantenido un férreo control del narcotráfico en México.
Hace dos décadas, el panorama criminal de México era dominado por siete grandes cárteles, incluyendo el Cártel de Sinaloa, que se distinguía por su estructura familiar y lealtad interna. La traición entre sus miembros era impensable, y mantenían una cadena de mando estricta que impedía rebeliones y garantizaba el cumplimiento de pactos con autoridades locales.
Sin embargo, el tiempo y las circunstancias han transformado esa realidad. Lo que antes eran organizaciones monolíticas, ahora se han fragmentado en cerca de 200 células criminales, según datos de la Plataforma PPData. Grupos desorganizados y extremadamente violentos, como Los Ardillos, Los Tequileros y Los Mazatlecos, han surgido de las cenizas de los antiguos cárteles, peleando entre sí por el control de territorios y recursos.
El funeral de Consuelo Loera, realizado en La Tuna, Badiraguato, Sinaloa, fue un evento controlado con mano de hierro por su hijo Aureliano Guzmán Loera, alias "El Guano". Él se encargó de supervisar cada detalle, desde la seguridad del lugar hasta los invitados, desplazando a sus sobrinos, Los Chapitos, del control que habían intentado mantener. Este acto simbólico evidenció la creciente división en la familia Guzmán y en el propio Cártel de Sinaloa.
Siete meses después del funeral, la captura de Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de "El Chapo", y de Ismael "El Mayo" Zambada, cofundador del cártel, terminó de fragmentar la organización. La detención de Zambada, conocido por su habilidad para mantener unido al cártel pese a numerosos complots, fue la chispa final que hizo estallar a la organización en múltiples facciones.
Desde la caída de "El Chapo" en 2017, el Cártel de Sinaloa ha estado inmerso en una guerra interna, con distintas facciones reclamando el liderazgo: Los Chapitos, apoyados por su legado familiar; El Guano, por ser hermano de Guzmán; y El Mayo, por su antigüedad y experiencia. Además, otros grupos, como el Cártel de Caborca y Los Salazar, han buscado consolidar su control sobre territorios locales.
El fallecimiento de Consuelo Loera fue el último golpe a la estabilidad interna del cártel. Su capacidad de mediar entre las distintas facciones se extinguió con ella, y con su partida, la posibilidad de mantener la cohesión en la organización se desvaneció. Ahora, lo que alguna vez fue el cártel más poderoso de México se ha convertido en un mosaico de pequeños grupos armados, cada uno luchando por su propio poder.
El invierno de 2023 marcó el principio del fin para el Cártel de Sinaloa. La guerra interna que comenzó con la muerte de su matriarca ha continuado, fracturando aún más la organización. Hoy, esas facciones que comparten un origen común se encuentran enfrentadas en una lucha fratricida que amenaza con destruir para siempre lo que alguna vez fue el cártel más temido de México.
Foto por Cuarto Oscuro