L
os conocen como El Club de Las Vegas.
Es un grupo de jueces que cada 15 días toman un vuelo de avión para disfrutar un fin de semana en la preciosa ciudad del estado de Nevada, en Estados Unidos.
“Ya le tengo su boleto”. Es una de las frases más socorridas en los pasillos de varias cabezas de los tribunales del estado.
El grupo está integrado por, al menos, cinco jueces que comparten —más allá de su posible ludopatía— un turbio historial, bienes que no concordarían con sus ingresos como servidores públicos o rotarse entre ellos la presidencia y cargos del Colegio de Jueces del Estado de Puebla.
Al frente de todos se encuentra Helmo Mayoral Bello, juez Primero Especializado en Materia Civil y Especializado en Extinción de Dominio, quien tiene encima uno de los peores historiales de sospechas de corrupción en el Poder Judicial. Por ejemplo, la famosa adquisición al contado de una residencia, con valor 1.6 millones de pesos, que ya se volvió un lugar común para recordar a dicho abogado. Esa transacción —asentada en la escritura pública 13422, volumen CXXII de la Notaría Pública 33, a cargo de Ricardo Camarillo Santamaría— la compró tras embargarla por insuficiencia de pagos de un particular.
Otro es César Iván Bermúdez Minutti, titular del Juzgado Segundo de lo Civil, en Tehuacán, conocido en el foro poblano como El Pollo Minutti; dueño de una propiedad en el exclusivo fraccionamiento El Cristo, en Atlixco. Por cierto, el abogado fue uno de los más férreos defensores del caso de Leonardo Treviño Musalem, un juez al que le encontraron depósitos millonarios inexplicables. Tanto El Pollo Minutti como Helmo Mayoral eran los protectores de Guillermo Morales García, vástago de Jesús Morales Flores y quien fuera echado del Tribunal Superior de Justicia al descubrirse que fue el encargado de armar toda la farsa que permitió a Carlos Talavera pasar varios meses recluido en un hospital para evitar la frialdad de las celdas de San Miguel.
En el club también se puede incluir a Amadeo Fuentes Añorve, juez Mixto en Tetela de Ocampo. Quienes lo conocen aseguran que sólo basta con sacudir el polvo de sus estados financieros para hallar indicios de una fortuna cuantiosa de la que nadie sabe su origen.
Uno más es Felipe de Jesús Ventura Hernández, juez penal en Tepeaca, quien en 2012 fue exhibido por parecer más agente inmobiliario que impartidor de justicia, ya que se le achaca la propiedad de La Quinta Ventura, ubicada en la colonia Xilotzingo, el centro de reunión por excelencia de los hombres del poder judicial para disfrutar de extravagantes comilonas; así como residencias en El Cristo y Haras. En el gremio litigante se conoce la pasión del abogado por los autos antiguos, de ahí que todo mundo haya escuchado a Ventura presumir su colección de 40 bólidos de colección.
Hugo Isaac Arzola Muñoz es otro distinguido miembro del club. Juez Décimo Primero Especializado en Asuntos Financieros, exdirector de la Policía Ministerial en tiempo de Mario Marín Torres y el encargado de conocer de primera mano el pleito jurídico que el rector Alfonso Esparza Ortiz mantiene con el Mario Mendívil, propietario de Tea Gardens y señalado por intentar defraudar a la institución con la venta del equipo Lobos BUAP.
Ruperto Leonardo Treviño Musalem es todo un caso. El juez Quinto Especializado en Materia Civil se encontró en medio del escándalo tras el pleito jurídico por la propiedad de La Franja o Club Puebla entre los empresarios Francisco Bernat Cid y Ricardo Henaine Mezher. Treviño fue exhibido al recibir millonarios depósitos para supuestamente beneficiar al primero en la resolución, por lo que fue suspendido temporalmente, pero después fue reintegrado al TSJ.
Ese es Club de Las Vegas.
Las investigaciones están en marcha