Existe un tufo de complicidad entre el sindicato y el Ayuntamiento de Tehuacán para repartir las plazas de trabajo a diestra y siniestra, atropellando los derechos laborales de terceros.
Tuve oportunidad de platicar con tres víctimas de las decisiones arbitrarias de la organización sindical que encabeza Verónica Jiménez García.
Las historias tienen el hilo conductor del despido injustificado.
Óscar, con 45 años de edad, fue separado sin liquidación. Su labor en la Academia de Policía era recoger la basura, podar el pasto y regar las plantas, a pesar de no tener el equipo de trabajo correspondiente.
De un plumazo el sindicato borró sus 14 años de antigüedad (en junio 2023) a pesar de que tuvo que aguantar el abuso de pagar 100 pesos quincenales para “agradecer” el favor de la basificación.
Ser parte de una representación obrera le permitió formalizar su ingreso –de 700 pesos a la semana a casi 4 mil pesos mensuales–, pero tiene claro que ascendió gracias a sus méritos.
“Fue despido hormiga, entre 10, 15 y 20 personas. No es justo porque trabajamos duro, nunca dimos motivo a regaño y ahora ni siquiera nos quieren indemnizar”, expresó indignado.
A Margarita le fue peor. Con engaños firmó un documento que acreditaba la entrega de 4 mil pesos como parte de su prima vacacional, según le dijeron en el área de Recursos Humanos del Ayuntamiento de Tehuacán.
En realidad, firmó su despido de la Academia de Policía.
“El día que me llamaron (octubre 2021) no llevaba mis lentes, me pidieron que firmara el pago de mi descanso, pero me estaban ocultando el motivo real”, recordó esta mujer dedicada al aseo durante más de cinco años activa.
En el trago más amargo de su vida laboral, le quitaron el servicio médico y sacaron a su mamá del hospital general. Hoy, sin ninguna protección sufre dolor de piernas y la frustración de saberse engañada.
Al igual que a Óscar, le descontaron sin motivo aparente 500 pesos mensuales por la entrada de la nueva administración municipal.
Y doña Adelfa, de 72 años de edad, no se queda atrás. Trabajó durante 16 años en el gobierno de Tehuacán, de los cuales pasó nueve años limpiando los baños del mercado La Purísima y la Biblioteca Municipal, entre otras áreas.
Sin razón justificada, el sindicato también descontaba de su nómina 200 pesos quincenales. El problema creció cuando la organización vivió una disputa interna que derivó en venganzas absurdas por parte de Verónica Jiménez.
“No nos dieron nada, solo me dijeron que estaba despedida en 2021, yo no firmé nada, pero me dijeron que estaba en una lista negra, sin cometer alguna falta de trabajo”, lamentó.
Si algo le faltaba a uno de los peores gobiernos municipales de Tehuacán, dirigido por Pedro Tepole, era la presunta colusión con el sindicato.
A través del engaño, miedo y coacción, ambas partes han ido liberando plazas para beneficios personales, sin que ninguna Secretaría del Trabajo (estatal o federal) se haya detenido a revisar los abusos laborales.
Como casi siempre sucede, la indiferencia gubernamental ha golpeado a los trabajadores más vulnerables.