Los desfiles conmemorativos del 5 de mayo siempre son atractivos para la sociedad y la clase política. A lo largo de los últimos años arrojaron lecturas políticas que representaron parteaguas en la vida pública estatal.
En los inicios del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, su fugaz presencia para atestiguar la parada cívico-militar se leyó como un desaire al gobernador Mario Marín Torres.
Esa escena se interpretó como una forma de marcar distancia del mandatario estatal que enfrentaba un escándalo político por la detención de la escritora y periodista Lydia Cacho.
Otra lectura de ese nivel ocurrió en el morenovallismo. En la primera visita de Enrique Peña Nieto a Puebla para encabezar el desfile; el ambiente se tornó frío, distante, un fracaso para el gobernador que siempre se creyó en el centro de todo.
Ese 5 de mayo, a diferencia de otras ocasiones, el presidente no se sentó junto al gobernador. El contacto y diálogo entre ambos resultó mínimo.
Conforme avanzaron los mandatos de Peña y Moreno Valle la dinámica política cambió y la distancia se redujo hasta que los dos personajes encontraron coincidencia de intereses.
El último desfile al que asistió el mexiquense así lo dejó claro.
Pero este evento también ha dejado muestras innumerables de señales respecto a la política local.
Si nos remontamos al 2010, el mensaje político no estuvo necesariamente en la tribuna de autoridades e invitados, sino en las calles.
Cientos, sino es que miles de sombrillas fueron distribuidas por el equipo de Rafael Moreno Valle y exhibieron su capacidad de movilización, que la gente de Javier López Zavala y del propio Mario Marín no lograron captar o, si lo hicieron, minimizaron en su momento.
Dicho esto, la clase política ya come ansias sobre las “señales” que podrían arrojar indicios sobre el camino que deberá tomar la sucesión por la gubernatura de Puebla en el 2024.
Por ejemplo, lo primero que escudriñarán en las imágenes -llámese video o fotografías- es el asiento dispuesto para cada uno de las y los aspirantes a la candidatura de Morena, principalmente.
Obviamente, habrá quién se pregunté por las posibles ausencias.
No hay motivos para pensar en una invitación para Claudia Rivera Vivanco que no ostenta ningún cargo público ni partidista; lo mismo pasa con el ex secretario de Gobernación, David Méndez Márquez.
En contrario, todavía no ocurre y ya da de qué hablar sobre el sitio asignado para Ignacio Mier Velazco, coordinador de los diputados federales de Morena; Alejandro Armenta, que es presidente del Senado; Julio Miguel Huerta, secretario de Gobernación; Rodrigo Abdala Dartigues, delegado de los programas del Bienestar.
También obliga a especular sobre la posición de la secretaria del Medio Ambiente, María Luisa Albores; o las secretarias de Desarrollo Rural, Ana Laura Altamirano; y de Economía, Olivia Salomón.
De los lugares también se interpretarán las charlas, los intercambios de puntos de vistas, un guiño, o el ligero manoteo en el aire que, para analistas, puede representar una acción de comunicación no verbal.
La conmemoración, en estos tiempos adelantados de la sucesión, se volverá una auténtica batalla por Puebla.
Y aunque este juego la oposición se medirá diferente, las variables antes descritas también forman parte de las lecturas, solo que en otra dimensión. Eduardo Rivera Pérez estará en el desfile, pero su posición no será de primera línea, por la asistencia del presidente y de funcionarios federales.
CAJA NEGRA
La disputa por la candidatura de Morena al Gobierno del Estado ya llegó al nivel de exhibir los perfiles más importantes que se adhieren a sus causas y, particularmente, si son de renombre.
Por ejemplo, el diputado Ignacio Mier se dejó ver con el ex gobernador interino Guillermo Pacheco Pulido, así como con integrantes de la familia Ventosa; mientras, el senador Armenta hizo lo propio con el otrora mandatario Melquiades Morales.
Cuando esto sucede, no son necesariamente los personajes quienes accedan a una foto para mostrar su espaldarazo, sino los aspirantes esperan buscan la imagen para emprender una campaña de percepción.