El accidentado paso del secretario Leobardo Rodríguez

Es el responsable de la compra de ventiladores defectuosos; un mes antes de adquirir los 12 aparatos aseguró que todas las adquisiciones serían reguladas.

Por: Mario Galeana

Amenazas de despidos, acusaciones de fraude, intervención en la vida sindical de los trabajadores del ayuntamiento de Puebla y, para coronar su historial, la penosa compra de ventiladores defectuosos para tratar a pacientes de Covid-19.

Ese ha sido el accidentado paso del secretario de Administración del gobierno municipal de Puebla, Leobardo Rodríguez Juárez, a lo largo de año y medio de gestión.

Su camino en la vida pública había sido, hasta su llegada al gabinete de Claudia Rivera Vivanco, más bien anodino. Fue funcionario de cuarto o quinto nivel en administraciones priistas y funcionario de tercer nivel en administraciones panistas, hasta que finalmente halló un asidero en la ola de la Cuarta Transformación en 2018.

Se convirtió en uno de los hombres más cercanos a Rivera Vivanco desde el comienzo de su gobierno municipal, a pesar de que constantemente ha sido señalado por incurrir presuntamente en distintas anomalías.

A finales de noviembre del año pasado, por ejemplo, decenas de sindicalizados del ayuntamiento de Puebla exigieron su renuncia por tratar de incurrir en un supuesto fraude junto al dirigente sindical Gonzalo Juárez Méndez durante la compra de 32 mil uniformes.

Los uniformes que pretendían comprarse eran usados y simplemente se les había bordado la imagen del gobierno municipal por encima del escudo que portaban de forma anterior.

La respuesta del funcionario fue el amago de una denuncia contra los trabajadores por un delito que no existe en el Código Penal del estado: la difamación. Además, Rodríguez Juárez dijo que los recursos aún no se habían transferido al proveedor —un argumento que repetiría un año después, en la compra de los ventiladores defectuosos— y exigió a los sindicalizados que presentaran pruebas sobre sus acusaciones.

Las pruebas, finalmente, no se presentaron. Y, sin embargo, los señalamientos en su contra no cejaron.

Después de la denuncia pública sobre los uniformes, alrededor de 80 trabajadores fueron amenazados por el secretario de Administración con ser despedidos. En respuesta, los sindicalizados realizaron una protesta a las afueras del Palacio Municipal a principios de diciembre.

La relación entre un sector del sindicato del ayuntamiento y Rodríguez Juárez ya era ríspida desde septiembre.En el contexto de la sucesión del sindicato, un sector de trabajadoras que no simpatiza con Juárez Méndez organizó una votación para aprobar su destitución.

Contra toda norma de autonomía, el líder sindical halló cobijo en el titular de la Secretaría de Administración, quien anunció que Juárez Méndez presentaría un amparo en contra de la votación. Eso bastó para que las sindicalizadas lo acusaran de ser vocero del dirigente sindical y, por tanto, invasor en la organización autónoma de los trabajadores.

Así, de tropiezo en tropiezo, Rodríguez Juárez llegó a la aduana de los 12 ventiladores defectuosos para los que habían reservado 15 millones de pesos. Un mes antes, a finales de abril, el mismo funcionario había asegurado que toda compra estaría regulada para no permitir “la especulación de haber aprovechado esta emergencia para sacar licitaciones por la vía directa o fast track”.