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El Secretario de Gobernación de Puebla, entre la Conspiración y la Deslealtad

El Secretario de Gobernación de Puebla, entre la Conspiración y la Deslealtad

Columnas martes 23 de febrero de 2021 - 18:21

David Méndez Márquez tiene dos caminos para ser candidato a diputado local por el distrito 19 de Puebla: la incertidumbre que acompaña a quien se va por la libre o un virtual acuerdo con Claudia Rivera y Alejandro Armenta.

Este último escenario es el más probable, una vez que el aún secretario de Gobernación —de la administración que encabeza Miguel Barbosa Huerta— está severamente influido por su mujer: Alejandra Domínguez Narváez, exsubsecretaria de Educación Obligatoria, quien recientemente salió en muy malos términos de la SEP.

Queda en claro que David Méndez seguramente ya cruzó su decisión de ser candidato a diputado con su gran amigo Eduardo Rivera Pérez, abanderado del PRI-PAN-PRD a la alcaldía.

Es obvio, también, que ya recibió dos cosas: el aval moral y el apoyo.

Con esos dobles acuerdos es que se lanzó a esta aventura.

Y algo más: lleva la promesa de que irá en un buen lugar de la lista plurinominal.

El más cercano al cielo legislativo.

La entrada, pues, por la puerta de servicio a la siguiente legislatura.

Teniendo todo para ser un secretario poderoso, David Méndez se convirtió en un funcionario de bajo perfil, incapaz de apoyar al gobernador en algunos de los debates que ha mantenido en Twitter con personajes de la vida pública del país.

Lo más que hizo en algunos momentos fue soltar algunos tuits francamente titubeantes y etéreos.

Eso sí: Gobernación ha sido bajo su periodo una secretaría escandalosamente obesa y plagada de funcionarios ligados a los diversos grupos del Partido Acción Nacional, entre otros a Rivera Pérez y Jesús Zaldívar.

Un caso: la coordinadora general de Administración, Myrna Zaldívar Mendívil, es prima del dirigente del Comité Municipal del PAN y trabajó con Marcelo García Almaguer en Puebla Comunicaciones.

Tiene bajo su cargo un ejército de ¡140 trabajadores!

Todo un escuadrón de la muerte.

Hasta hace poco funcionó el Programa de Desarrollo Institucional Municipal —conocido como DIM— bajo la conducción de Antonio Vasconcelos Rueda, quien estuvo al frente del DIF Municipal en el periodo en el que Rivera Pérez fue presidente municipal de Puebla.

Es decir: trabajó directamente con Liliana Ortiz, esposa del hoy candidato por tercera vez.

Antes de que el gobernador Barbosa determinara la desaparición del DIM, Vasconcelos Rueda tenía una banda de 130 subordinados.

Es decir: operadores.

¿Qué operaban?

Temas políticos.

(Y todo pagado por los ayuntamientos del estado).

La duda que mata es una: ¿a quién le trabajaban?

En octubre pasado, el propio gobernador Barbosa dijo que el DIM —creado por Fernando Manzanilla Prieto a su paso por la dependencia— no ayudaba en nada a los municipios sino que servía como un instrumento de control político.

Otro frijolito en la paella:

Erika Luna Tovar, encargada de la Oficina del secretario, hizo campaña por Martha Erika Alonso, fue candidata suplente por el PAN en el distrito XI y trabajó en la administración de José Antonio Gali Fayad en la Secretaría de Salud como subdirectora de Vinculación de Servicios a Beneficiarios.

Toda una panista que nada tiene que ver con la 4T.

Incluso llegó a escribir varios tuits en contra del hoy gobernador en la campaña de 2018.

El cargo que tiene en Gobernación es de los más importantes y estratégicos: es la jefa de la oficina que todo lo controla, hasta la agenda y las personas que quieren hablar con el secretario.

Hace unas horas, Erika Luna distribuyó entre los reporteros una nota publicada originalmente en Proceso en contra de Ardelio Vargas Fosado, nombrado este lunes subsecretario de Gobernación por Barbosa Huerta.

Lo curioso es que la nota de Proceso la difundió como si ella la hubiese escrito.

Es evidente que en este caso recibió el aval de su jefe, quien no está nada contento con la llegada de Vargas Fosado.

Por si fuera poco, el esposo de Erika Luna, Víctor Aguirre Merchant, es una especie de aviador, pues cobra 40 mil pesos mensuales por hacer nada.

Y aunque en una temporada fue supervisor de juzgados de lo civil, se le conoce más como proveedor de Gobernación en temas como cubrebocas, camisetas, papelería y otros chuchulucos.

Más colaboradores cercanos al secretario:

Luciano Osorio Couttolenc, subsecretario jurídico de la dependencia, es quien promueve las recomendaciones en contra del gobierno barbosista en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla.

Toda una joya.

Es, además, familiar de Miriam Arabián, regidora panista en tiempos de Eduardo Rivera.

De esa época data la buena relación que el secretario Méndez Márquez y su esposa mantienen con Rivera.

Y es que Alejandra Domínguez también fue parte de ese Cabildo.

Los padres del secretario también tienen su parte en esta trama.

Jorge Méndez Espíndola y la regidora Rosa Márquez suelen despachar en Gobernación, debajo de la oficina del gobernador Barbosa.

Ahí reciben a sus cuadros y organizan brigadas.

Y es que Jorge Méndez es el coordinador del Movimiento Poblano por la Cuarta Transformación.

(En la capital, la regidora Márquez es quien está al frente).

Jorge Méndez, quien tiene dos cuadros suyos trabajando en Gobernación —Carlos Popoca y Pablo Herrera—, recorre el estado dando nombramientos y organizando asambleas en aras de, supuestamente, fortalecer la 4T.

Lo curioso es que recibe a sus cuadros en la oficina de su hijo, quien hace todo menos fungir como un verdadero secretario de Gobernación.

Y es que rehúye a comprometerse con la línea de gobierno marcada por Miguel Barbosa.

Prefiere evadir los conflictos antes que enfrentarlos.

En su agenda no hay riesgos.

Lo que abundan son las justificaciones y pretextos.

Hoy está dispuesto a dejar los privilegios y las canonjías que disfruta para irse a una campaña por el distrito 19.

Por eso es que surge una duda inevitable, y legítima:

¿Va por la libre con el riesgo inevitable de perder o va arropado por la alcaldesa Claudia Rivera, el senador Armenta y hasta por Eduardo Rivera?

La respuesta es clarísima.

El contexto no miente.

La ruta de David Méndez parece ser la de la traición.

Aliarse con los enemigos del gobernador se llama deslealtad.

Conjurar desde su oficina en contra de las decisiones del gobierno se llama conspiración.

Éste es el coctel explosivo que se sirve en la barra libre de Casa Aguayo.

Los dados han sido lanzados.

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/CR

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