Chalchicomula, entre amenazas…
Columnas
Hay dos factores que propician la renuencia del Cabildo de Chalchicomula de Sesma sobre el nombramiento de un presidente municipal o alcaldesa: En primer lugar, la delicada situación de seguridad y, en segundo, por presiones de la familia González Vieyra.
Desde 2011, en tiempos del gobierno de Rafael Moreno Valle, esa demarcación perdió la tranquilidad habitual por la presencia y operación de grupos dedicados a prácticas ilegales como robo de combustible, robo a trenes y a transporte de carga en carretera.
El municipio llegó a convertirse en un punto de trasiego de producto ilegal con dirección al centro y sureste del país, como centro modal de distribución de huachicol.
El funcionamiento de bandas nacionales y regionales —provenientes de Veracruz— a su vez propiciaron la aparición de grupos locales. Desde entonces, el Gobierno del Estado tuvo que asumir en dos ocasiones el control de la Policía Municipal, por la sospecha de los vínculos de los integrantes de la corporación con el crimen organizado.
En 10 años, la práctica criminal comenzó a destacar y a opacar la acción gubernamental del municipio.
Sólo ese escenario dificulta el desempeño de cualquier autoridad, particularmente de los alcaldes en turno.
Sin embargo, ahora con la crisis política detonada por la aprehensión del presidente municipal, Uruviel N., presuntamente por vinculación con hechos criminales, la labor es doblemente compleja.
Rafael Brenes asumió como alcalde suplente el pasado 10 de marzo en una sesión ordinaria de Cabildo, pero sólo 15 días después decidió presentar su renuncia, resultado de amenazas políticas.
Uruviel N., aún desde prisión, ejerce influencia entre habitantes y un grupo de pobladores ha metido presión para que en la presidencia quede alguien cercano a la familia del ex edil. La misma presión ocurre en los municipios de Tlachichuca y de San Nicolás Buenos Aires.
Además, Movimiento Ciudadano no quiere perder en la mesa lo que creen es su derecho político al ganar las elecciones constitucionales de mediados de 2024.
En el caso de Chalchicomula, ahora la alcaldesa es Natali Ortiz Nieto, recién designada por el Cabildo, aunque igualmente se tambalea en el cargo.
La situación raya en la ingobernabilidad y el Ayuntamiento ha dejado de cumplir cabalmente con su responsabilidad.
La situación de inestabilidad es tal que el Congreso local analiza intervenir para poner orden en esa demarcación.
Como siempre ocurre, las y los ciudadanos siempre son los que resultan más afectados en estos conflictos.
CAJA NEGRA
Una muestra más de la banalidad de la élite en Puebla, además de las muestras observadas semanas atrás por las y los diputados locales, Nay Salvatori, Grace Palomares y Andrés Villegas, la protagonizó el ecologista Jaime Natale.
En la semana el dirigente del Partido Verde publicó en sus redes sociales una imagen hecha con Inteligencia Artificial, en la que aparece como si se tratara de un muñeco de acción, dentro de su empaque y con accesorios como su mochila con la imagen del tucán.
¿Está mal que las y los legisladores se diviertan? No creo que no, el problema es que son estas acciones por las que destacan y no por su quehacer como representantes populares.
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/CR
