Por Guadalupe Juárez
Antes de ser expuesta, la financiera Captive Services no tuvo ninguna queja por posible fraude ante la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), a pesar de usar datos falsos y cambiar de nombre mientras operaba en Centro Mayor en Zavaleta y no estar en el Sistema de Registro de prestadores de Servicios Financieros.
En el portal de fraudes financieros, ni los dos números telefónicos que vinculó a las cuentas en Facebook ni la página web que deshabilitó hace unos días o dos de los nombres que usó, se encuentran reportados.
Sin embargo, aunque intentaran borrar su huella digital, algunos usuarios desde hace tres meses revelaron que al solicitarles un crédito, les pidieron tres depósitos, mismos que sí les hicieron, pero nunca les contactaron para darles el préstamo solicitado, y por el contrario les pedían otro monto.
La página www.captivaservice.com fue habilitada desde 2014, aunque tras la detención de Catarino, un hombre que ingresó a las instalaciones de la financiera en Zavaleta y que retuvo a empleados al reclamarles su dinero, la deshabilitaron, así como borraron la mayoría de las ofertas que hacían en redes sociales para préstamos hipotecarios, financiamientos de automóviles, inversión y préstamos.
Sin embargo, esta casa editorial halló otro de los nombres que utilizó durante su operación en el estado como Captiva Service Mx, con el mismo logo y una página en Facebook creada en febrero, un mes después de la de Captiva Services.
En esta otra página dan como dirección de sus instalaciones Calzada Zavaleta 1108 en Santa Cruz Buena Vista, donde ingresó Catarino N., pero que tenía otro número para captar a sus posibles “clientes”.
Hace un mes otro usuario en la página de la Condusef preguntó por la situación de la financiera Captive Services, sin embargo, le respondieron que sólo podía consultarlo en el registro para saber si era confiable.
Un par de semanas después, una segunda usuaria comentó en la publicación por la confiabilidad de la presunta financiera y obtuvo la misma respuesta.
Catalino N. entró armado al quinto piso de Centro Mayor, reclamó los intereses de su inversión y disparó en varias ocasiones, mientras mantenía como rehenes a cuatro personas, hasta que la policía municipal de Puebla pudo llegar y desarmarlo, para después arrestarlo.