Puebla
Terminan años de negligencia de RodrigoAbdala Dartigues, sobrino de Manuel Bartlet.
Por Osvaldo Valencia
En menos de tres años, Rodrigo Abdala Dartigues pasó de ser considerado como el principal perfil de Morena para competir por la gubernatura de Puebla contra el morenovallismo a ser desterrado de la cúpula de poder de la Cuarta Transformación como súperdelegado de los programas sociales del gobierno federal.
Con investigaciones a cuestas por presunto desvío de recursos de programas de la Secretaría del Bienestar y señalamientos a su trabajo por incapacidad de coordinar la vacunación contra la covid-19 en el estado, el ex diputado federal y sobrino político del director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz, dejará la coordinación de los programas sociales en el estado.
De acuerdo con el periodista y director editorial de ContraRéplica Puebla, Mario Alberto Mejía, desde la oficina de la Presidencia de la República se dio la orden para remover a Abdala Dartigues de la coordinación de Bienestar y nombrarlo titular de la Unidad de Planeación y Evaluación de la Secretaría.
Con su salida de la coordinación de los programas sociales, el ahora exsuperdelegado verá muy lejanas sus posibilidades de competir por la gubernatura poblana en 2024, pues dentro del círculo del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta pues traición en la derrota de Morena en la elección de 2018 frente a la panista Martha Erika Alonso Hidalgo sigue vigente.
30 MESES DE CAOS
En diciembre de 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador nombró a 32 delegados que asumirían las funciones de las secretarías en cada estado, siendo Rodrigo Abdala –sobrino del exgobernador y director de la CFE, Manuel Bartlett– el designado para Puebla.
Su primera tarea fue levantar el censo del bienestar para conocer el universo de población a la que debían llegar los recursos de la Federación, pero en Puebla el levantamiento del censo se prolongó hasta los primeros meses de 2019 y dejó a personas fuera.
Los reclamos por el retraso en la entrega de apoyos para pensionados de 65 años y más y de becas del programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” abundaron, pero el primer escándalque puso en jaque al superdelegado fue la investigación abierta por la Secretaría de la Función Pública (SFP) por uso indebido de los programas sociales.
La titular de la dependencia, Irma Eréndira Sandoval, informó que lo investigaban junto a nueve delegados más para fincar responsabilidades administrativas o penales por utilizar recursos públicos con fines distintos al de la ciudadanía.
A esto se le sumaron las denuncias realizadas por extrabajadores de la Secretaría del Bienestar que acusaron a Rodrigo Abdala de obligar a conformar comités de apoyo en favor de Bertha Luján, presidenta del Consejo Nacional de Morena, quien buscaba la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional.
Para 2020, los reclamos por incompetencia fueron sustituidos por los de negligencia, pues en medio de la llegada de la pandemia por covid-19, la Secretaría de Bienestar hizo que los adultos mayores pensionados se formaran por horas para recibir sus apoyos, poniendo en riesgo su salud por exponerlos a numerosas conglomeraciones.
Las acusaciones en su contra por utilizar la delegación para apoyar a Bertha Luján en la pugna interna por la dirigencia nacional de Morena continuaron y con ello las denuncias en la SFP, en donde ya tenían cinco investigaciones en su contra.
Incluso, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) determinó que sí hubo uso indebido de recursos por parte de su dependencia a favor de un partido político.
La cereza de la negligencia de su gestión se vio en el plan de vacunación para personas adultas mayores de 60 años y más, donde una mala logística en la ciudad de Puebla provocó que miles de personas, muchas de ellas con alguna discapacidad, hicieran fila por más de 10 horas para recibir la vacuna con la covid-19 bajo los rayos del sol y hasta altas horas de la noche.
Esto hizo que la Federación y Guardia Nacional buscara la coordinación para la vacunación contra el coronavirus con la Secretaría de Salud del gobierno del estado, agilizando el proceso y relegando a Rodrigo Abdala a un lado del combate a la pandemia en el estado.
DESLEALTAD, EL SELLO
En su paso por Morena, Rodrigo Abdala inició como diputado federal plurinominal en la LXIII Legislatura. En 2017, en asamblea estatal fue nombrado como uno de los aspirantes en la terna para definir al candidato a gobernador en la elección de 2018.
Sin embargo, la inclusión de Miguel Barbosa y Alejandro Armenta Mier en esa terna complicó el proceso para Abdala, quien se perfilaba como el favorito.
El resultado dio por ganador al senador de la bancada Morena-PT, quien conformó con los aspirantes restantes un grupo para la organización de la estructura del partido de cara a la elección.
Previo a la jornada electoral de 2018, Morena dio a conocer que no logró registrar observadores de casillas en 30 por ciento de las secciones, tarea que le correspondía a Rodrigo Abdala y que les costaría más tarde para enfrentar el proceso poselectoral frente a Martha Erika Alonso, ya que Fernando Manzanilla reveló en una entrevista que el partido no contaba con actas de escrutinio en el mismo porcentaje de casillas que no registraron observadores, lo que dificultó el proceso de impugnación de la elección.
Las versiones periodísticas apuntaron, en aquellas fechas, que no se trató de un descuido o negligencia por parte del partido sino de una supuesta traición de Rodrigo Abdala vendiendo la estructura montada de observadores al operador estrella del morenovallismo, para que abandonaran las casillas y dejaran libre la operación poselectoral.
Tras esto, Rodrigo Abdala se separó del círculo cercano de Miguel Barbosa y se unió a Claudia Rivera Vivanco, presidenta municipal electa y apoyada por el galismo para llegar a la alcaldía.
Su confirmación final de traición fue su reunión con la gobernadora electa Martha Erika Alonso en su carácter de próximo superdelegado.
Las deslealtades siguieron con el uso de la delegación para impulsar a Bertha Lujan a nivel federal y a los operadores cercanos de Claudia Rivera en la renovación estatal y nacional de Morena.
Pero su descuido en su trabajo como delegado del gobierno federal también derivó en la nula participación de la ciudadanía en la consulta y proyectos del presidente López Obrador, siendo la consulta para someter a juicio a expresidentes su más reciente fracaso en la Cuarta Transformación.