Por Guadalupe Juárez
Hoy se cumplen tres años desde el día que apagaron la vida de Cecilia Monzón, conocida como "la abogada de las mujeres", la madre de un pequeño y aquella que amaba el karaoke y le gustaban los girasoles.
Desde ese sombrío 21 de mayo de 2022, su familia no ha obtenido justicia, pues ha estado sumergida en un laberinto en el sistema penal del estado, el cual ha sido aprovechado por la defensa de los tres hombres señalados como sus feminicidas para mantenerse impunes.
Helena Monzón, hermana de Cecilia, se ha convertido en portavoz de su familia en la exigencia de justicia, camino del que consigna cada paso y retroceso a través de su cuenta de X.
A diferencia de los otros dos aniversarios luctuosos, esta mañana Helena presenciará otra audiencia del juicio contra los tres imputados por el feminicidio de su hermana, sentados en el banquillo de los acusados por arrebatarle la vida a la activista.
Tras su muerte, Cecilia inspiró la creación de una ley que lleva su apellido, que se ha replicado en otros estados, para proteger a las hijas e hijos de las víctimas de feminicidio, al quitarles la custodia de los menores a sus padres acusados de ser los feminicidas de sus madres.
De acuerdo con la investigación de la Fiscalía General del Estado, Cecilia salió de su casa en San Pedro Cholula a las 9:50 horas de ese 21 de mayo, condujo hasta la calle Tlaxcala y fue perseguida por dos hombres que viajaban en una motocicleta.
Al dar vuelta en la calle Camino Real a Momoxpan, fue alcanzada por la motocicleta en la que la FGE asegura viajaban Jair N, que conducía y Silvestre N. como pasajero, al estar a un costado de la activista, a 1.10 metros para ser específicos, le dispararon en seis ocasiones con una pistola Pietro Berreta calibre 9 milímetros.
Cecilia perdió la vida en su vehículo, los dos hombres huyeron del lugar y después Jair, sobrino del político Javier N, se reunió con él, luego se fue a Chiapas, mientras Silvestre se fue a Veracruz.
Javier, expareja de la activista, fue acusado de ser quien le proporcionó la pistola y motocicleta a Jair, este último le dio el arma a Silvestre, acciones que fueron planeadas desde abril por el ex aspirante al gobierno de Puebla.
Aunque los tres fueron detenidos, la familia de Monzón ha tenido que luchar contra corriente de la justicia mexicana, que a decir de Helena, no ha sido ni pronta ni expedita.
Ha navegado en un mar de peticiones de amparos que retrasaron el juicio de feminicidio, a la par de mantener otro juicio por violencia familiar, derivado de una denuncia que hizo Cecilia en vida. Pero la justicia, va a paso lento, y todavía no llega.