Piense y hágase rico

Napoleón Hill es un autor estadounidense que escribió uno de los libros de negocio más famosos (que es el título de esta columna). El señor falleció en los setentas, pero tal pareciera que ya sabía que cincuenta años después iba a ocurrir una pandemia.

El libro consta de trece capítulos -no me voy a detener a analizarlos todo- solamente voy a comentar el sexto de ellos que habla de los líderes organizacionales.

El autor plantea que hay dos y solo dos tipos de liderazgo: El primero, y más eficaz, es el LIDERAZGO CON EL CONOCIMIENTO y la simpatía de los colaboradores. El segundo es el LIDERAZGO POR LA FUERZA, plantea que este segundo tipo no es humanamente sostenible, ya que tus seguidores no acatarán indefinidamente el látigo y la amenaza.

Es justo en este punto en donde me quiero detener.

Muchos de ustedes saben que en la agencia abrimos la unidad de negocios en Occidente, con sede en Guadalajara, y la responsable de la oficina nos está visitando en Puebla. Ayer que nos fuimos a comer decía: “Es que tú eres un muy buen jefe, te preocupas por los colaboradores y ellos se sienten a gusto trabajando para la consultoría”.

Me quedé pensando sobre su percepción y sobre lo que acababa de leer en el libro (los tipos de liderazgo).

Muchas veces me había preguntado que si no era demasiado barco con ellos al dejarlos hacer home office desde hace ya mas de un año, que si les doy permisos para viajar con su familia, que si cuando vienen no hay reloj checador ni horas nalga; y si terminaron en cuatro horas su proyecto no tienen por qué estar otras cuatro haciéndose mensos.

También me ocupo porque sus cargas de trabajo sean parejas y justas, por darles bonos incluso antes del famoso aguinaldo o vales de consumo de los clientes a los que atendemos.

La verdad es que no me siento ni un santo ni un mártir. Creo que más bien había entendido que el liderazgo por la fuerza no nos iba a llevar a ningún lado. Prefiero muchachos motivados y felices a gente que a la primera de cambio se baje del barco por que le ofrecen un poco mas de lana en otro lugar.

Quiero hacerte algunas preguntas para saber qué tipo de liderazgo ejerces (ojo que Hitler, Napoleón o los zares pensaban que ellos eran los mejores líderes) y ya ves como terminó la cosa con cada uno de ellos.

¿Tienes mucha rotación en tu empresa?

¿Tus empleados te estiman verdaderamente?

¿Son eficientes tus procesos productivos?

O en toda tu organización hay DRAMA.