Productividad Feliz

“Feel Good Productivity” es uno de los libros más recientes que hablan sobre la felicidad laboral. Escrito por un youtuber llamado Ali Abdaal, expone una teoría del círculo virtuoso donde “se empieza” por sentirse uno bien, para así producir más energía y, como resultado, ser más productivo.

Cuando somos más productivos, nos sentimos mejor, producimos más energía y mayor productividad, y así sucesivamente.

Para lograr el círculo, el autor hace hincapié en generarnos sensaciones que nos hagan sentir bien a través de las siguientes tres fuentes:

1. Pasarla bien – estamos diseñados para pasarla bien; sin embargo, la religión junto con la educación y nuestras creencias limitantes, nos hacen sentir culpa cuando estamos disfrutando algo. Pero al recuperar la sensación de felicidad por medio de insertar juegos en nuestras distintas actividades, podemos lograr mayor productividad.

2. La siguiente fuente es sentirnos empoderados… tener esta sensación de control sobre nuestro trabajo, relaciones y vida. Si no lo tenemos, actuar como si ya tuvieramos ese control genera conexiones cerebrales que nos hacen sentir mayor confianza. Otro consejo es tener herramientas de medición para poder evaluar nuestro progreso y para mi, el más importante, es hacernos RESPONSABLES de nosotros mismos. El aceptar nuestra responsabilidad de lo que hacemos es tomar el control de nuestra vida, y esto genera la sensación de empoderamiento. Asimismo, el generarnos una narrativa que sale de la queja para orientarse hacia dar el máximo en lo que haga.

3. Por último, está el buscar conectarnos con buenas personas. Conectar emocionalmente con los demás nos genera transferencia de energía más elevada, haciendonos sentir más felices. El construir conexiones y fortalecerlas, nos ayuda a que nos unamos, a crear comunidades que tengan redes de servicio y de gratitud. Y NO HAY QUE OLVIDAR que tenemos que comunicarnos más; decir cómo nos sentimos, y no nada más cuando nos sentimos “bien”. Ser capaces de compartir nuestros sentimientos y pensamientos “negativos” elimina la idea de que las relaciones no se tratan de caerle bien a los demás sino de sentirnos entendidos y aceptados.

Y así como están las fuentes que nos generan bienestar, están aquellas que nos chupan la energía y nos llevan a la procrastinación. Estas son:

a) La confusión, que cuando no estoy seguro de lo que tengo que hacer o cómo hacerlo; incluso el saber para qué o para quién va dirigido mi trabajo, genera estancamiento. Por lo tanto, siempre hay que preguntar para entender cómo realizar mejor mis tareas.

B) Los malos hábitos también contribuyen a la procrastinación, y un hábito que tenemos muy marcado es el de esperar hasta el último momento para hacer las cosas. Lo bueno es que así como hemos acostrumbrado a nuestro cerebro a los malos hábitos, podemos siempre regresarlo a los hábitos constructivos; empezando por realizar cosas pequeñas y tareas rápidas y fáciles, como nos explica el libro “Hábitos Atómicos”.

C) Por último, la ansiedad nos quita productividad al estar preocupados por la opinión ajena. Que piensen que no tengo las habilidades para realizar alguna tarea o que no hago bien las cosas, me lleva a bloquear mi productividad y, por lo tanto, a no ser feliz.

Así que tú dime, ¿qué tan “productivamente” feliz eres?