El gobernador electo Alejandro Armenta anunció uno de los nombramientos más esperados para la próxima administración, particularmente por la necesidad de blindar a Puebla de la presencia de grupos criminales. La titularidad de la Secretaría de Seguridad Pública recaerá en el vicealmirante Francisco Sánchez González, quien posee experiencia en diferentes tareas de la Marina.
Ingeniero Hidrógrafo por la Heroica Escuela Naval Militar, maestro en Seguridad Nacional, comandante de brigada de la Policía Naval, coordinador general de Infantería de Marina, entre otros cargos y actividades, está listo para cumplir sus funciones a partir de mediados de diciembre.
Uno de los grandes retos consistirá en construir un esquema de inteligencia policial para obtener un diagnóstico claro sobre la operación de la delincuencia organizada en regiones como el Valle de Puebla, los límites de la entidad con Guerrero —Cohetzala, Ixcamilpa, Tulcingo de Valle—, y con Oaxaca —Chila de la Sal, Petlalcingo, Acatlán—, así como en las sierras Norte, Nororiental y Negra —particularmente en esta último, que un tiempo sirvió de refugio para liderazgos de grupos huachicoleros—.
El segundo reto es observar y combatir las acciones de estos grupos, en buena medida porque de acuerdo con extensos reportes periodísticos e investigaciones académicas, dan cuenta de que diversificaron sus actividades.
Por ejemplo, aquellas bandas dedicadas al huachicol en el corredor Tlahuapan-San Martín Texmelucan-Huejotzingo, incursionaron en el robo de transporte de carga, particularmente en la autopista México-Puebla; pasó algo similar en la franja de Tepeaca-Tecamachalco-Palmar.
El tercer reto radica en la urgente y eficiente coordinación del Gobierno del Estado con los 217 municipios. En los casos donde presidentes municipales acordaron nombrar a mandos de seguridad provenientes de la Marina, supone una relación óptima, pero en los otros que no, no puede esperarse menos.
Sánchez González enfrenta la meta de trabajar de la mano con las secretarías o direcciones de las demarcaciones, porque la efectividad en las tareas de seguridad en buena medida dependerá de esa buena relación.
Un caso especial es la ciudad de Puebla, después de que la parte final del trienio anterior, con Adán Domínguez al frente, exhibió carencias para combatir la inseguridad, lapso en el que se conocieron casos de ejecuciones, embolsados, personas decapitadas, lo que obliga a una comunicación del Vicealmirante con el secretario de Seguridad Ciudadana, Fernando Rosales.
El cuarto reto, en el mismo sentido de la coordinación, será consolidar lazos con el Ejército, la Marina —lo que no será un problema, por su formación profesional— y con la Guardia Nacional.
No es un asunto menor porque en los mandatos de Rafael Moreno Valle, Antonio Gali Fayad, Guillermo Pacheco Pulido y Miguel Barbosa Huerta, quedó la percepción de que hizo falta mayor estrategia coordinada, lo cambió con el arribo de Sergio Salomón Céspedes Peregrina.
En un mes comenzaremos a observar los resultados, la apuesta ya está sobre la mesa.
CAJA NEGRA
El nombramiento del Vicealmirante surgió de un proceso de comunicación y consenso entre el gobernador electo, Alejandro Armenta, y el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, con la autorización de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Una decisión de tan alto nivel implica la confianza para desempeñar el cargo en un ambiente complejo, lo que otorga una condición diferente a la llegada de otros perfiles como en su momento fueron Mario Ayón, Ardelio Vargas, Facundo Rosas y Jesús Rodríguez Almeida.