Puebla
Por: Mario Galeana
Víctor Iván se había forjado un gusto peculiar en el submundo criminal de Tehuacán, donde presuntamente era conocido como El Yori, uno de los líderes de la banda de Las Bigotonas, la organización criminal más violenta y antigua del municipio.
A El Yori le gustaban las armas ostensibles, rápidas y poderosas. Pero al poco tiempo ni siquiera eso fue suficiente, y mandó a chapar con oro un rifle entero, al que después añadió algunas incrustaciones de plata.
La empuñadura de su AR-15, un fusil de asalto fabricado en Estados Unidos que terminó en sus manos, estaba decorada con una pequeña imagen de la Santa Muerte también chapada con oro.
Era un rifle que destellaba de punta a punta. Y era el rifle que El Yori cargó hasta la mañana del domingo 10 de mayo, el momento en el que fue detenido por las autoridades del estado.
La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) estatal anunció que, además del arma, descrita lacónicamente como un “rifle de asalto chapado y personalizado”, a El Yori lo detuvieron en posesión de 20 cartuchos útiles y de 38 dosis de cristal contenidas en minúsculas bolsas de plástico.
Pero el rifle de oro y plata y la droga es acaso un atisbo de lo que El Yori presumiblemente realizaba en Tehuacán.
Una breve nota de la SSP describe su participación en el submundo criminal de la región: ”La información de inteligencia revela que el detenido, presuntamente, es uno de los miembros más activos en el robo a transporte de carga, narcomenudeo, venta de armas y está relacionado con de litos de alto impacto, como el homicidio en la región de Tehuacán”.
La última vez que se detuvo a un líder criminal de Las Bigotonas fue en octubre de 2019. La aprehensión de Alonso N, quien presumiblemente era el tercero al mando de la organización, generó una fuerte movilización de militares y policías, porque el teléfono de la Comandancia Municipal resonaba cada tanto recibiendo amenazas.
Por entonces, la violencia asociada a Las Bigotonas fue en aumento. Lo que inició en los setentas como una banda de carteristas y de ladrones de poca monta, se convirtió en una organización criminal vinculada a los asesinatos, a la droga y a las armas.
En julio de 2019, David Hernández Pérez, exdirector de Seguridad Pública del municipio, explicó a La Jornada de Oriente que la banda tenía una organización tan precisa que, antes de que los pocos detenidos fueran presentados ante el juez, ya habían abogados dispuestos a defenderlos.
Rifles chapados en oro, cristal, bufetes jurídicos: apenas un asomo de la criminalidad en Tehuacán.