La marcha anti-AMLO mirada con humor (y con la ayuda de Woody Allen)

Aprovechando que es viernes y que el humor es lo de hoy, en esta oportunidad haremos un análisis de la marcha anti-AMLO y sus repercusiones, pero con la ayuda de Woody Allen. En su cuento corto, Una breve pero útil guía de desobediencia civil, publicado en su libro Sin plumas, de 1972, hay material para referirnos a la marcha convocada el domingo pasado por FRENAAA un movimiento bastante sui generis.

Más allá de la demanda concreta en sí, mucho se comentó sobre la metodología de esta manifestación. Resulta que, como ésta fue en coche y el automóvil es un enemigo público, no fueron pocas las críticas que salieron a relucir a la voz de: “¿cómo que la hicieron en coche?”; “no entendieron nada, en bicicleta era mejor”; o, “en Israel la hicieron de otra manera”; etcétera. Y quizá tuvieron razón, pero lo cierto es que esa fue la manera posible que encontraron para salir a la calle en épocas donde, lo ideal, es guardar distanciamiento social. Sea como fuere, de algo podemos estar seguros: los manifestantes no consultaron el cuento de Woody Allen, que aquí vamos a recapitular.

En esta obra, el famoso artista cómico toma con humor distintas metodologías o tácticas que, los grupos o ciudadanos utilizan a la hora de salir a las calles para hacerse ver y oír. Por ejemplo, se refiere a las huelgas de hambre: “Aquí el oprimido se queda sin comida hasta que se cumplan sus demandas”, dice. “Los políticos insidiosos, a menudo, dejan galletas al alcance de la mano o tal vez algunas con queso cheddar, pero hay que resistirlas porque si no, la insurrección se acabaría”. Y claro, una huelga de hambre es difícil de llevar a cabo con éxito, por eso “otras cosas que uno, además de la comida, puede renunciar son: silbar, sonreír, pararse sobre un pie e imitar una grúa”. El chiste es ser ingeniosos.

Quizá en donde los de la marcha anti-AMLO estuvieron bien, es que lograron hacerse ver. Dice Woody Allen:“El punto clave sobre una demostración es que debe verse. Si una persona se manifiesta en privado en su propia casa, esto no es técnicamente una demostración, sino simplemente ‘actuar tontamente’ o ‘comportarse como un imbécil’”. Es decir, si los del FRENAAA en Puebla no salían o lo hacían en bicicleta, no hubieran podido tocar el claxon o los hubieran confundido con los de la Vía Recreativa.

Otras tácticas de desobediencia civil que pudieran tomarse en cuenta, según Allen, para próximos eventos son:“Pararse frente al Ayuntamiento y cantar la palabra ‘budín’ hasta que se cumplan sus demandas. Congestionar el tráfico al llevar un rebaño de ovejas a una plaza comercial... Vestirse como un policía e irse. Pretender ser una botarga pero golpeando a las personas que pasan”. En fin, mucho se puede criticar de la marcha anti-AMLO del domingo pasado, pero lo que nadie puede decir es que no fueron extravagantes en salir en coche y levantar revuelo. En otros países, pasó lo mismo