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Fernanda Familiar VS los Diputados Poblanos (Balada Triste de Trompeta)

Fernanda Familiar VS los Diputados Poblanos (Balada Triste de Trompeta)

Columnas domingo 31 de mayo de 2020 - 14:07

Fernanda Familiar y Carmen Salinas condujeron durante un buen tiempo uno de los programas televisivos más repugnantes de que se tengan memoria.

¿Su nombre?

“Hasta en las mejores familias”.

Un locutor la presentaba así: “Fernanda Familiar es como un buen plato de enchiladas potosinas: chiquita, pero bien picosa”.

La locutora exhibía, peor que Laura Bozzo, lo más deleznable de la sociedad.

Pero lo hacía con un morbo surrealista pocas veces visto.

Los invitados, el jurado y hasta el público estaban integrados por personas con malformaciones genéticas.

Las más extrañas entre las extrañas.

Carmen Salinas y Fernanda Familiar conducían, pues, un show de freaks.

A esto hay que sumar el zafarrancho que provocó —con otras personas— en San Miguel de Allende, hace dos años, mismo que culminó con golpes y ofensas en contra de los policías que los detuvieron por irrumpir a bordo de un vehículo en una calle cerrada al tránsito, debido a una procesión religiosa.

Con ese pasado a cuestas, es muy complicado creerle a la señora Familiar el papel de jueza de la sociedad en el que se ha metido: una jueza intolerante, prepotente y dueña de juicios sumarios.

(No le demos vueltas: la “enchiladita potosina” sigue siendo la conductora de otro espectáculo de freaks que nos recuerda al que hacía con Carmen Salinas).

Hace unos días, nuestra heroína llevó a juicio a un grupo de diputados locales en su programa de radio.

Y lo hizo por el “gravísimo delito” —¡uy!— de burlarse de quienes han venido descalificando la Ley de Educación con el argumento de que el gobierno del estado pretende expropiar los colegios y las universidades particulares.

(Eso sólo está en sus mentes, pues la ley no dice nada al respecto).

Así, pues, los diputados Biestro, Islas, Kuri y Maurer hicieron mofa en un chat —previo a una sesión virtual del Congreso del Estado— de quienes usan ese argumento falaz para descalificar la ley.

Por eso, entre risas, hablan de nacionalizar la UPAEP, la Ibero y la UDLAP.

Todo esto para burlarse de los esquizofrénicos críticos de la ley.

Incluso hay diputados panistas que sueltan risitas ante las bromas.

Algo llama la atención, la señora Familiar se subió desde el primer momento al tema.

(No dude el hipócrita lector que un miembro del sindicato de empresarios esté detrás).

Luego, con el pretexto de que la habían mencionado en la conversación, buscó entrevistar a los diputados.

Sólo logró hablar con tres: Gabriel Biestro, Emilio Maurer y Raúl Espinoza.

Con un tonito de superioridad moral los empezó a regañar.

Antes, con voz de Carmen Salinas, ya había dicho esto:

“Estos servidores públicos tienen que honrar su papel, honrar nuestra confianza. Honrar, honrarnos, porque fuimos y somos un pueblo noble, y muchos de este pueblo noble creímos en ustedes y no vamos a permitir que ustedes hagan con nuestro país lo que se les dé la gana”.

Biestro, presidente de la Junta de Coordinación Política, le aclaró que no se burlaban de los ciudadanos ni de la ley sino de quienes metieron el falso tema de las expropiaciones.

Pero Fernanda Familiar ya estaba en el papel de jueza de “Hasta en las mejores familias”.

Una jueza intransigente, intolerante, fuera de sí.

En consecuencia: no escuchaba razones.

E insistía en que la ley buscaba expropiar a las universidades privadas.

Y mientras Biestro le corregía la plana puntualmente, la locutora —notoriamente confundida— insistía en que se disculpara en un tono feroz:

—¡Estamos esperando su disculpa pública! ¿No se va a disculpar? —insistía.

Biestro, por supuesto, no lo hizo.

Y volvió a exhibir la ignorancia de la “enchiladita potosina”, quien, fuera de sí, faltaba más, lo interrumpió para mandar a corte comercial.

Quienes alentaron a la “enchiladita potosina”, la asesoraron mal.

Nota Bene: A quien sí se comió enterito fue a un titubeante Emilio Maurer.

Lo regañó, lo desconoció y lo increpó.

Con él no hubo corte comercial que se interpusiera.


Se Amparan las Universidades (Asesoradas por el PAN). En los círculos panistas poblanos circula un proyecto de amparo en contra de la Ley de Educación de Puebla.

He aquí los yerros en los que incurren sus abogados:

1. No puede impugnarse en su totalidad la ley sino únicamente las disposiciones que causen agravio a los intereses de una universidad.

2. El amparo debió promoverse contra la ley general y no contra la local, pues en su mayoría las disposiciones de que se duelen las universidades provienen de la primera.

3. Al no haber impugnado las disposiciones generales, los actos de los que ahora se duelen derivan de actos consentidos y, por lo tanto, el amparo es improcedente.

4. Las disposiciones relativas a inmuebles son fiel reproducción de la Norma General aprobada por el Congreso de la Unión, además de que no implica un acto privativo.

5. Los derechos de los padres de familia, que se dicen desconocidos por esta ley, están contenidos en la Constitución y ampliamente en la ley general, por lo que no hay necesidad que se reiteren en una norma homologada.

6. Los aspectos relativos al “auxilio” y denuncia ante las autoridades competentes sobre los abusos en los costos, no invaden el ámbito de competencias de ninguna autoridad como la PROFECO, pues solo actúa en auxilio de ella y no sustituyéndola.

7. No se pretende el control académico de las universidades privadas, pues en ninguna disposición reproduce o condiciona a la aprobación de la SEP sus planes y programas de estudio, mientras que expresamente excluye de su aplicación a la universidad pública.

8. Lo relativo a los colores “neutros” requiere interpretación. ¿Neutro en función a que? Pues es evidente que si, por ejemplo, la Constitución exige que la educación sea laica o que los partidos permanezcan ajenos a ella, es evidente que lo que se prohíbe son esas indeseadas intromisiones.

Es cuanto.

(En la edición de ContraRéplica Puebla, el hipócrita lector podrá checar el proyecto de amparo).

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/CR

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