Benny Gantz, miembro centrista del gabinete de guerra de Israel, amenazó con renunciar al gobierno si no se adopta un nuevo plan para la guerra en Gaza dentro de tres semanas. Esta medida pondría al primer ministro Benjamin Netanyahu en una posición aún más dependiente de sus aliados de extrema derecha.
El anuncio de Gantz profundiza la división en el liderazgo de Israel, tras siete meses de conflicto en los que el gobierno no ha logrado sus objetivos declarados de desmantelar a Hamás y liberar a decenas de rehenes secuestrados en el ataque del 7 de octubre. Gantz presentó un plan de seis puntos que incluye la liberación de los rehenes, el fin del gobierno de Hamás, la desmilitarización de Gaza y la creación de una administración internacional para los asuntos civiles en la región. También apoya los esfuerzos para normalizar las relaciones con Arabia Saudita. Gantz advirtió que renunciará al gobierno si el plan no es adoptado antes del 8 de junio.
"Si eliges el camino de los fanáticos y llevas a toda la nación al abismo, nos veremos obligados a renunciar al gobierno", declaró Gantz. El ex jefe del Estado Mayor y ministro de Defensa se unió a la coalición de Netanyahu y al Gabinete de Guerra en los primeros días del conflicto.
La salida de Gantz dejaría a Netanyahu más en deuda con sus aliados de extrema derecha, quienes favorecen una postura dura en las negociaciones sobre un alto el fuego y la liberación de rehenes. Estos aliados creen que Israel debería ocupar Gaza y reconstruir la comunidad judía allí establecida.
La presión sobre Netanyahu aumenta desde diversos frentes. Mientras sus aliados de línea dura abogan por una ofensiva militar continuada en Rafah, la ciudad más meridional de Gaza, su principal aliado, Estados Unidos, junto con otros países, ha advertido sobre las consecuencias humanitarias de tal acción y ha amenazado con reducir el apoyo si la crisis humanitaria en Gaza empeora.
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, se encuentra en Arabia Saudita e Israel este fin de semana para discutir la guerra y tiene previsto reunirse el domingo con Netanyahu, quien ha declarado que Israel “se mantendrá solo” si es necesario.
La guerra, que comenzó con el ataque de Hamás el 7 de octubre, ha dejado una profunda marca en la sociedad israelí. Con 1.200 israelíes muertos y 250 secuestrados en el ataque inicial, el conflicto ha causado la muerte de más de 35.000 palestinos en Gaza, según funcionarios de salud locales. La situación sigue siendo incierta, con esfuerzos diplomáticos liderados por Qatar, Estados Unidos y Egipto que han mostrado pocos avances hacia un alto el fuego.