100 días

Horas mas, horas menos, según mis cálculos estamos a punto de cumplir 100 días en centena (cuarentena ya es un chiste).

Y como todos los servidores públicos, después de esa cantidad de días en el cargo, haré mi primer recuento de los daños en este “mandato”, incluso aunque no me lo hayan pedido.

El primer punto a destacar durante mi gestión como director de una agencia de marketing en pandemia es que lo que se supone iba a cambiar al mundo dentro de unos 10 años, pues ¿qué creen? Se nos adelantó un madral de tiempo y ahora ya está sucediendo. Por ejemplo, todo el personal haciendo home office sin usar oficinas, gestionar negocios por Zoom, tener a un equipo trabajando virtualmente -por cierto, a muchos de los cuales no conozco en persona-; tener proyectos que se desarrollan en cualquier parte del mundo y conocer al cliente -si bien nos va- a través de video conferencia.

Hemos realizado según mis cálculos más de 120 videoconferencias, entre reuniones con los clientes, con el equipo para ver pendientes del día, entrevistas, colaboraciones como invitados a foros, etc.

A una ejecutiva de la agencia ya la hicimos famosa en Tiktok gracias a un video de tan solo 8 segundos (increíble).

Durante estos 100 días hemos ganado unas elecciones para Pericos de Puebla, se han atendido a todos nuestros clientes anteriores y obtenido (aún no se todavía cómo) tres cuentas nuevas, recuperamos otras dos y hemos gestionado más de dos millones de visualizaciones en las distintas redes sociales de nuestros socios comerciales.

Se lanzaron tiendas online, me renunció un director creativo, contratamos freelance maravillosos, creativos y chambeadores dispuestos a reivindicar su modus vivendi, de trabajar a distancia.

Hemos tenido reuniones con directores generales, cámaras de comercio, industria, empresarios, emprendedores, técnicos y administrativos, TODOS con los ojos lampareados y vidriosos con la adrenalina a tope diciendo: de esta salgo por que salgo.

Incluso uno de ellos nos dijo: “a ver, no queríamos entrar al agua porque estaba muy fría, ya nos aventaron y ni modo hay que nadar para que se nos quite el susto y el frío” (cabe mencionar que él es abogado de una firma a la que le rogamos hace dos años salir a cuadro hablando sobre su propuesta de valor) ahora, explora -porfin- la posibilidad de hacer LIVES en Instagram.

Esta nueva normalidad nos va a sacar a la calle con otro semblante, con otros criterios y con una forma muy distinta de relacionarnos, el que no lo entienda se va a auto sabotear y no encontrará ni a su público meta ni a su nicho de mercado.

Ánimo que ya falta menos para salir (no importa cuando leas esto).