¿Me gustan mis resultados? Parte I

Sin embargo, últimamente resueno con la respuesta que soy lo que creo de mí y con base a quien creo que soy, dependiendo del auto valor que a veces construyo y otras destruyo y niego; me conduzco por la vida… y como consecuencia obtengo diferentes resultados… en resumen, SOY EL RESULTADO DE MIS ACTOS, soy el resultado de mis hábitos, de todas esas “pequeñas” cosas que realizo todos los días.

Soy la sumatoria de todos los resultados que estoy teniendo en mi vida en ESTE MOMENTO… físicos, laborales, como mamá, como amiga, como hija, mentalmente, en mi desarrollo humano, en mi crecimiento espiritual…y, a veces me gustan, otras veces no.

Y está bien, no tengo que gustarme siempre, porque qué fácil es amarnos cuando nuestros resultados son los esperados…. Entonces ¿cuál es el propósito de amar algo o a alguien que es como queremos? Eso es pan comido, no lleva a ningún aprendizaje.

Desmenuzando y empezando por lo básico, físicamente mi cuerpo es hoy el resultado de la comida que me he llevado a la boca durante mucho tiempo y del ejercicio que he realizado constantemente, o no. Hay muchas cosas más, sobre todo mentales, que también construyen mi cuerpo, por ejemplo, el cómo me trato, qué me digo todos los días a mí misma sobre mi cuerpo, etc., pero para concretar, mi cuerpo es el resultado de lo que como y de cómo lo muevo.

¿Me gusta A MI el resultado que tengo?, ¿me gusta mi cuerpo?, ¿o lo forzo para encajar en este rompecabezas patriarcal? A ti, ¿te gusta tu cuerpo? Y si hoy no es tanto de tu agrado, ¿lo tratas bien? ¿qué haces todos los días por tu cuerpo? Reflexiona.

Y está bien que por épocas nos gustemos más físicamente que otras, el problema es cuando sólo nos identificamos con este cascarón, con esta parte física, cuando pensamos que sólo somos lo que vemos frente al espejo y pensamos y sentimos que difiere mucho con lo que la sociedad “espera” de mí, con los estándares externos de belleza, con las tallas aceptadas.

Y quiero compartirte que cuando no me gusto, al levantarme, ni siquiera me atrevo verme al espejo. Cuando sé que no comí bien, que bebí en exceso, que fumé y que no hice ejercicio… al abrir mis ojos mi cuerpo se siente pesado, sin ganas de meditar, cansado, agotado, inflamado… y tratándome mal con mis pensamientos de culpa que bajan mi energía a niveles donde atravesar el día se convierte en una labor imposible, logro medio sobrellevar mi día con mucho enojo y frustración por no parecer como “debería” estar.

Comí mal un día antes, tuve excesos, no descansé, ¿el resultado? No me siento energizada, estoy mal humorada y todo el día lo arrastro deseando que ya se acabe y, tristemente, que NADIE me vea.

¿Te ha pasado?, ¿crees ser el resultado de tus acciones diarias?, ¿cómo te sientes con eso?, ¿qué te estás diciendo en este momento?, ¿te gustan tus resultados?