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La leche de camello, el potencial «oro blanco» de una región árida y pobre de Túnez

La leche de camello, el potencial «oro blanco» de una región árida y pobre de Túnez

Global domingo 08 de junio de 2025 - 21:00

AFP

En una estación experimental al sur de Túnez, los camellos caminan obedientemente hacia las máquinas de ordeño. Conocida por sus beneficios para la salud, su leche podría ser una bendición para varias regiones desérticas y empobrecidas gracias a un proyecto de un emprendedor y un investigador.

Hace dos años, Latifa Frifita, de 32 años, inauguró la única planta de pasteurización de leche de camello del país cerca de Medenine (sureste).

Se basó en el trabajo de Amel Sboui, de 45 años, investigador del Instituto de Regiones Áridas (IRA), un organismo público instalado en esta zona desfavorecida, que patentó nuevas técnicas de pasteurización que garantizan "el mantenimiento de las propiedades nutricionales y terapéuticas" de esta leche.

Cinco veces más rico en hierro que la leche de vaca, es conocido por ser hipoalergénico, capaz de estimular el sistema inmunológico, con propiedades también antioxidantes, antibacterianas y antiinflamatorias.

La Sra. Sboui, doctora en bioquímica que lo estudia desde hace 20 años, ha demostrado también con su equipo de 10 personas (de las cuales el 80% son investigadores) su efecto antidiabético que permite reducir hasta la mitad las dosis de medicamentos.

Al principio, la empresaria Latifa Frifita tuvo "bastantes dificultades" para convencer a los agricultores, que se dedicaban al cultivo de carne de camello, de que le vendieran su leche.

"Están acostumbrados a consumirlo o a regalarlo" sin darle ninguna importancia, explica a la AFP, probando una muestra antes de la indispensable pasteurización, que permite conservarlo hasta 15 días a 4 grados.

Ahora que se ha establecido "una relación de confianza", Latifa Frifita planea firmar acuerdos con los criadores.

Esta máster en tecnología alimentaria necesitó siete años de preparación para lanzar su start-up ChameLait en 2023, con el apoyo del IRA, que la acoge en su incubadora de empresas, a pocos metros del laboratorio de la Sra. Sboui.

Latifa se enorgullece de promover un producto local que define el sur de Túnez, donde los dromedarios forman parte del paisaje. Esta madre de una niña de dos años prefirió quedarse e invertir en su región en lugar de seguir a su marido, entrenador deportivo, a Oriente Medio.

La estación de ordeño experimental del IRA en Chenchou, a 100 km al sur de Médenine, también sirve como centro de capacitación para mostrar a los pastores de esta otra zona pobre los beneficios de la mecanización: una simple olla de ordeño permite una producción de 6 a 7 litros diarios por camello, en comparación con solo 1 o 2 litros con el ordeño manual. Aun así, los camellos deben ser entrenados previamente.

- Demanda creciente -

Dos años después de sus primeros pasos, Latifa Frifita produce 500 litros semanales con el objetivo de duplicar esa cifra en dos años.

ChameLait, que ha reclutado a otras dos mujeres, incluida su hermana mayor, vende leche por encargo en 12 tiendas a partir de 12 dinares (4 euros) el litro, el doble del precio de comprarla a los agricultores.

Y la demanda está creciendo.

Para Amel Sboui, es el efecto del "boca a boca: la gente se está dando cuenta de los beneficios de esta leche para la salud".

Además de ChameLait, fruto del trabajo de su laboratorio, la investigadora imagina otros usos para esta leche que, tras su liofilización (otra patente), podría "venderse como medicamento, alimento funcional o complemento alimenticio", a reserva de nuevas investigaciones.

Para el IRA, la fábrica Latifa representa la realización de su filosofía (desarrollada bajo el primer presidente tunecino Habib Bourguiba) de trasladar sus experiencias a territorios áridos y desfavorecidos.

La región de Médenine (525.000 habitantes) está duramente golpeada por la pobreza y el desempleo (un 22% frente al 15% a nivel nacional y un 19% frente al 16%, según cifras oficiales) que empujan a miles de jóvenes a irse o emigrar.

«Nuestro principal objetivo, incluso como centro de investigación, es generar valor añadido y empleo», explica Moez Louhichi, director de desarrollo del IRA. Ayudando a los líderes de proyectos, incluidos los jóvenes graduados, a promover la riqueza de la región y a crear oportunidades para permanecer en Túnez.

Desde 2010, el Instituto ha creado 80 empresas, generando "entre 600 y 1.000 empleos", según Louhichi.

Para el nuevo sector de la "leche de camello", la creación de un primer centro de recogida de leche de aquí a finales de 2025 y el ordeño mecanizado en varias explotaciones deberían, según él, generar también contrataciones, transformando potencialmente este producto descuidado en "oro blanco" para la región.

fka/otro/cm
© Agencia France-Presse

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HG/CR

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