La grinch del amor

Columnas miércoles 27 de enero de 2021 - 22:51

Tengo que confesar que soy una de esas mujeres —brujas, dirían algunos— que no creen

en el amor romántico.

No creo en cuentos de hadas ni en príncipes azules, mucho menos en sapos que se convierten en algo que no son por el simple hecho de darles un beso deseando con todo el corazón que haya un cambio… en el otro, por supuesto… pues soy muy cobarde para cambiarme a mí.

Me encantaría creer en eso, la idea de pensar en un amor de pareja que dure para toda la vida, que esté contigo en la salud y en la enfermedad… sobre todo en la mental, me hace desear instalarme en esos

conceptos de pseudoamor.

Pero mi naturaleza racional de rebelde “amargada” me lo impide… me hace aterrizar en un mundo de cuestionamientos basados en únicamente teorías que lleven a cabo el método científico, sumándose mi observación a los demás, a sus historias, pero sobre todo a una auto observación consciente. Y ahí está mi continuo estancamiento por querer encontrar respuestas exactas que se construyen en mentes dopadas de hormonas que no piensan porque están “enamoradas”… nada menos confiable.

De acuerdo con Erich Fromm, sociólogo, psicólogo, humanista y, para mí, de los mejores filósofos, el amor sólo se experimenta en el aquí y en el ahora cuando estás con TU persona… y todo lo demás, todo eso que se genera en nuestra mente CUANDO NO ESTAMOS con ella, es una FANTASÍA donde el individuo va y viene hacia el pasado o futuro a través de sus sueños, que no son más que un reflejo

de sus propias ideas.

Quizás la búsqueda incansable de encontrar ese “amor” sea una forma de escapar de nosotros mismos… nos han dicho que en el otro nos complementamos, crecemos y nos liberamos… sin darnos cuenta que la única libertad está al cerrar nuestro ojo para estar con uno mismo… pero nos da demasiado miedo despertar en “soledad”.

Lacan, otro gran psicoanalista, estableció que: “El amor es dar lo que no se tiene a alguien que no es”…

entonces, nos regresamos al pseudoamor, algo irreal que ni siquiera es utópico y mucho

menos romántico…es simplemente inexistente.

Friedrich Nietzsche, otro GRANDE, aseguraba que el amor, en su afán de perfección, vive en una ilusión que se desmorona cuando nos enfrentamos a la IMPOSIBLE realidad de que el otro cumpla mis demandas intelectuales y emocionales… algo IMPOSIBLE que sólo nos lleva a más confusión y frustración.

Por otro lado, nos topamos con la idea que un amor sin deseo carnal es platónico, pigmaliónico… y regresamos a esa construcción mental pendeja bañada de la idealización que podemos transformar al otro simplemente amándolo…algo que ni los mismísimos dioses mitológicos podían lograr.

Y así pensaban los grandes, pero lo importante es que lo que tú sientes y cómo piensas, así

que dime: ¿existe o no este tipo de amor?