La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ha manifestado su “profunda preocupación” por la creciente polarización generada por la reciente reforma al Poder Judicial en el país. A través de un comunicado difundido en redes sociales, los obispos señalaron que los acontecimientos recientes intensifican un clima de división sin precedentes en torno al marco legal y la relación entre los distintos poderes del Estado.
La CEM subrayó que la reforma constitucional debe ser objeto de un análisis más profundo por parte del Poder Legislativo, destacando la importancia del principio de subsidiariedad. Este principio, fundamental en la doctrina de la Iglesia católica, aboga por la participación activa de todos los actores sociales en decisiones que impactan a la comunidad.
Los obispos advirtieron que la falta de diálogo y consenso entre los diversos poderes podría acarrear graves consecuencias para la convivencia social y la estabilidad institucional. “La desconfianza generada puede comprometer la confianza en nuestro país y amenazar el Estado de Derecho”, enfatizaron.
En este contexto, la CEM instó a todos los actores políticos y sociales a retomar un diálogo constructivo, fundamentado en los principios de la doctrina social de la Iglesia, para abordar los desafíos que presenta la reforma.
La polémica reforma al Poder Judicial fue publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el pasado 15 de septiembre, durante la administración del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador. Su principal propuesta es la elección por voto popular de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
La actual presidenta, Claudia Sheinbaum, ha reiterado su compromiso de continuar con esta reforma, asegurando que en 2025 el pueblo de México tendrá la oportunidad de elegir a la mitad de sus jueces, incluidos todos los ministros de la Corte.